Hablamos de ‘El árbol de la vida’ de Terrence Malick

 El árbol de la vida

Antes de hacer una opinión sobre el árbol de la vida, me gustaría hacer una reflexión sobre el público que ha visto la película sobretodo desde el desconocimiento, (incluso desde la ignorancia). Desde luego opino que este tipo de filme, no es el típico de multisalas, pero aún y así, pienso que tiene todo el derecho a tener cabida y respeto pero me cuesta comprender la animadversión y la polémica que ha levantado.

Desde el primer día fui advertido, con serios avisos (desde el mismo taquillero advirtiéndome que se trataba de un filme muy especial), el nivel de intolerancia ha sido tal, como escuchar a personas que no la consideran cine. Incluso he podido observar alguna medida absurda e insultante como la de algunas salas devolviendo el precio de la entrada si a la media hora no te gustaba lo que estabas viendo (¿porqué con este filme y no con todos?, ¿acaso películas como ‘Con derecho a roce’ son más cine que está?).

Puedo caer en el error cuando pienso que al igual que cuando visitamos un museo, una galería de arte o una ópera no se le puede exigir al artista como debe concebir su arte, en el cine, como expresión audiovisual de arte,  no es una excepción. Y es que el árbol de la vida es desde luego algo distinto, más cercana en su concepto a séptimo arte, que a los productos de entretenimiento que nos exhiben semana tras semana, y que por supuesto agradecemos, ya que consideramos en su definición “cine” a filmes desde: ‘El acorazado Potemkin’, ‘El padrino’, ‘2001, una odisea en el espacio’, ‘Lo que el viento se llevó’ o ‘Matrix’ siendo de estilos y concepciones tan dispares las unas de las otras.

El árbol de la vida
Cartel de Cannes de ‘El árbol de la vida’

Si vas al cine, mejor saber que vas a ver

Creo que nos equivocamos y minusvaloramos el hecho visionar una película como un acto de evasión y desconexión (lo cual está muy bien, según las circunstancias), sin embargo el cine nos ofrece y regala muchas más cosas, entre otras hacernos reflexionar, emocionar, interiorizar y hacernos preguntas, y para eso existe un cine determinado. Este maravilloso arte tiene un amplio abanico de posibilidades, el problema lo encontramos cuando buscamos evasión en cine de reflexión, y aquí quizás el conflicto no sea del filme, sino de nosotros mismos, (la auto-crítica siempre cuesta) ya que es posible de que no sepamos lo que íbamos a ver, o no nos hemos informado lo suficiente, y con ‘El árbol de la vida’, (que ante todo, no ha dejado indiferente a nadie), gran parte de ese público indignado debería entonar el “mea culpa”, porque puede gustar más o menos, pero no se le puede pedir algo que desde un principio se sabe que no te va a dar.

Tampoco con esto quiero dar toda la razón al jurado de Cannes, que la premió como “master piece” absoluta, otorgándole la etiqueta de la sucesora de ‘2001, una odisea en el espacio’ en el siglo XXI. Esto es algo que sólo el tiempo dictaminará si le corresponde estar en el olimpo de las obras maestras, algo que sí le corresponde a la cinta de Stanley Kubrick, entre otras cosas por ser revolucionaria y adelantada a su época.

‘El árbol de la vida’ ante todo es una cinta muy personal, de autor, ya que su director Terrence Malick, nos cuenta a su manera una historia que tiene mucho de autobiográfico, contando pasajes que en realidad a él le tocó vivir: La América profunda de los cincuenta, las relaciones de una familia rota por una tragedia (su hermano murió siendo niño, al igual que el protagonista infantil del filme) y la manera de llevar y encajar esa pérdida (muerte e inocencia).

El árbol de la vida

El rompecabezas de la existencia humana

Todo ello contado a través de hermosas imágenes, e inverosímiles saltos temporales, proponiendo metáforas y renunciando a gran parte de los diálogos en favor de una narración en Off. En realidad, parece que el director de ‘La delgada línea roja’ nos quiere contar la (su) historia tal y como la recuerda, momentos puntuales de la (su) infancia en donde cada detalle, tiene su dosis de importancia. Piezas sueltas de un gran puzzle que pretende encajar en un puzzle todavía mayor: el del origen, la existencia, la vida… marcando claramente los ciclos que la componen: nacimiento, madurez y muerte. Actos de una gran función y que en forma de poética visual pretende transmitir y trastocar emociones que en el fondo todos llevamos dentro.

La cámara siempre está en suave movimiento, y deja que la historia transcurra fluyendo, como las aguas de un río y se muestre de manera grandilocuente, con escenas visualmente abrumadoras, rozando la perfección audiovisual. Destaco el excelente trabajo del director de fotografía Emmanuel Lubezki y la banda sonora de Alexandre Desplat, acompañada de una gran selección de temas clásicos.

No en vano el realizador de ‘El nuevo mundo’ juega ser Dios (viéndose la figura del creador como genio, director, marionetista y maestro) y parte de esta historia, puesto que considera que le pertenece. Y no sólo eso, además de enseñárnosla desde una gran ventana (la pantalla de cine), pretende hacernos participes de ella y reflexionarla, analizarla e incluso cuestionarla (y desde luego lo ha conseguido).

El árbol de la vida

Choque de creencias

La dualidad es una constante en este filme (el famoso concepto del Ying-Yang, perteneciente a la filosofía oriental) y no sólo se centra en la capacidad de los espectadores para comprender y estimar la película, ya que desde un principio nos sobre-expone a multitud de conceptos metafísicos: vida y muerte, luz y oscuridad, amor y odio, y/o  la fe en el todopoderoso en frente a la creación de la vida y el universo según las teorías científicas.

Contrastes que no dejan de chocar y friccionar durante todo el metraje (el conflicto entre los padres deriva en el sufrimiento de los niños) y que no dejan de plantearnos las preguntas básicas de una de las corrientes filosóficas más importantes del siglo XIX y XX, “el existencialismo” tales como: ¿Qué sentido tiene la vida?, ¿para o por qué existe el ser?, ¿existe la libertad total? originarias de pensadores como Jean Paul Sartre, Heidegger, Kierkegaard o Ortega y Gasset.

El filme arranca con una cita bíblica en forma de pregunta: “¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia”. Esta cita pertenece al libro de Job perteneciente al Antiguo Testamento que nos habla entre otras cosas sobre la justicia divina y el sufrimiento de los inocentes (muy presente en el contexto de la película, ante la muerte en el seno de la familia), su mismo título: ‘El árbol de la vida’ se refiere a uno de los símbolos más importantes del judaísmo (El cábala) referentes a la comprensión de Dios y el mapa de la creación del mundo.

Brad y Jessica, padre y madre

El trabajo de los actores es discontinuo, al igual que descubrimos a una auténtica revelación en una interpretación contenida y creíble de Jessica Chastain como una madre (naturaleza): bella, dulce, apasionada y devota del amor como concepto, no podemos decir lo mismo de Brad Pitt, un actor que a pesar de haber madurado y mostrarnos uno de sus papeles más profundos y complejos como padre (creador): autoritario, estricto, aleccionador y sin duda atormentado, todavía arrastra tics y vicios de intérprete Star system que le hacen resultar menos convincente.

También es destacable el niño que representa al pequeño Jack O’Brien (siglas JOB), el pequeño actor Hunter McCracken, todo un ejemplo de interpretación infantil, sobretodo en referencia a su lenguaje no verbal. No podemos decir lo mismo del Jack adulto caracterizado por un Sean Penn que simplemente se limita a dejarse ver, sin tener apenas metraje para su lucimiento.

El árbol de la vida

Un cinta muy personal, no apta para todo tipo de público

Si siempre es difícil calificar un filme, con este me resulta prácticamente imposible, sencillamente hay que experimentarla, vivirla (o sufrirla según el caso), entre otras cosas porque cuando estaba viéndola tuve una sensaciones que fueron evolucionando con el tiempo de haberla reflexionado y digerido. Desde luego para mi, fue una experiencia satisfactoria, también es cierto que iba preparado y predispuesto para visionarla.

Técnicamente es impecable, la historia es interesante, está bien interpretada, y sobretodo es honesta y personal, con lo que me resulta complicado no recomendarla. Es cierto que quizás no sea idónea para todos los públicos por ese modo de explicarla, ignorando la narrativa convencional y apostando por otro tipo de lenguaje cinematográfico más parecido a las estructuras de un poema o una cita. Algo que considero como un punto a favor de Malick, y le agradezco la valentía de alejarse de clichés y modas, para ofrecernos simple y llanamente lo que el considera y siente.

De todos modos (y como la perfección no existe), la cinta se desequilibra cuando aboca más en la forma que en el fondo y cuando abusa del exceso de onirismo y la apología de conceptos demasiado etéreos y abstractos, sobretodo ante un acto final, que aunque no deja de ser coherente (el cierre del ciclo, el encuentro, la redención, la libertad en la memoria), minimiza un relato poderoso en el que el más humano de los sentimientos (el dolor por la pérdida de un ser querido) se equipara y conecta al principio de la creación universal.

El árbol de la vida

¿Nueva obra maestra o pretenciosidad olvidable?

Es innegable la presuntuosidad y ambición de la obra, haciendo evidente el deseo y necesidad del realizador americano de figurar (o que figure su obra) entre (la de) cineastas ilustres del séptimo arte como Bergman, Tarkosvki, Kieslowski, Fellini o el propio Kubrick, personajes que hoy en día se sonrojarían ante la polémica que ha suscitado, algo que sólo evidencia un actual cine transformado y pervertido por la gran industria (y a la que debemos tanto…). ¿En qué lugar pondrá la historia a ‘El árbol de la vida’?. Sólo Dios sabe…o quizás no.

 

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3 comentarios sobre «Hablamos de ‘El árbol de la vida’ de Terrence Malick»

  1. me ha parecido tu relato excelente como la mejor novela leida , yo leo evasion como tu bien dices , hay que decir ya mi pasado es un folletin y mi presente por mala salud , por tiempos de politicas etc otro , este tiempo solo les viene bien a los de siempre clase media clase alta a la pobreza como siempre , esto que tu diras y eso a que viene , en si a na , mas de rebote quien mas cine ve como evasion , es la pobreza o clase trabajadora , no estamos hablando ni de teatro ni de opera o zarzuelas , que pasa que cuando ven algo de mas analizamiento que sus vidas cotidianas diran lagarto lagarto ya me estoy sagudiendo , matrix porque gusto , yo la tengo vista , es evadirse de lo cotidiano , buscando la fantasia , yo a veces me evado , no me gusta este mundo , si es conocido , y tedioso tambien , bueno mi caracter si me ves diras una buena tonta , desde luego una inteligencia puntera no tengo , habilidades si cuentas el resultado , y no la manera de rapided  habra algunas se me den , energia cero , se dira por la mala salud , y no nunca la tuve , memoria poca , bueno y asi y todo yo te digo soy diferente a 1000 veas o mas alto el liston un bicho raro , para la sobrevivencia de la vida , y encima solitaria y timida , sin mayores familia ni amistades ni nada avalen por uno , si 3 hijos y un marido , me evado mucho , digamos sueño con mundos misteriosos , mas que con sexo , seria con seso de fantasia , ahora bien no pones cuanto dura la pelicula , y si hay dramas de sufrimiento de agonias o tortura , por lo demas por tu relato , entra en lo que a mi me gusta , en ese analizar que tu tambien lo has hecho en relatarlo ,

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