Attack the block. Opinión

 

Attack the block

 

‘Attack the block’ ha llegado a nuestras pantallas habiéndose ganado un puesto a pulso, que aún tratándose de una producción británica de bajo presupuesto, ha hecho el suficiente ruido para que le hagan caso, (destacando en el pasado festival de cine de Sitges, con varios premios, entre ellos el premio del público). Su autor, Joe Cornish forma parte de ese “grupo salvaje británico” compuesto por Simon Pegg, Nick Frost y Edgar Wright, que nos deleitaron con productos tan disfrutables como ‘Zombies party’, ‘Arma Fatal’ o ‘Scott Pilgrim contra el mundo’.

Todo a través de una trama que gira entorno a una invasión extraterreste, que dentro del cine fantástico en sí, prácticamente se considera un subgénero (básicamente de ‘serie B’) desde hace años. Pero realmente explotó en los ochenta y noventa, recordamos títulos tan dispares como: ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, ‘The Hidden (lo oculto)’, ‘La cosa’, ‘Critters’ o ‘Están Vivos’ y producciones más costosas como ‘Species’, ‘Mars attacks’, ‘Men in Black’ o las más recientes ‘La guerra de los mundos’. ‘Distrito 9’ y ‘Super 8’.

Sin embargo, la diferencia básica que aporta este filme, es el contexto, ya que si bien la gran mayoría de estas producciones son americanas, en este caso se acerca más a las primeras mencionadas y dicha invasión se produce en los oscuros suburbios londinenses, donde no hay cabida para la amabilidad ni la cortesía y la amenaza y el terror son el pan de cada día.

Attack the block

Un debut cargado de referencias y elementos icónicos

Hay que reconocerle a Joe Cornish la valentía que tiene tratándose de su ópera prima, apostando por un filme que transcurre mayoritariamente de noche, rodado en exteriores y con unos protagonistas con los que difícilmente te puedes identificar: un grupo de adolescentes pandilleros, macarras marginados, hijos de la cultura pop MTV, el Hip Hop y los videojuegos armados hasta los dientes con petardos, machetes, botas de hockey, bates de béisbol, katanas.

Se hace evidente la idea de captar público juvenil (no hay más que escuchar su banda sonora, repleto de temas rap), sin embargo el estilo de la película es muy ochentero, época en la que Cornish creció y se educó cinematográficamente, y deja patente sus referencias ya que la estructura de la cinta recuerda y mucho al cine de Joe Dante (‘Gremlins’, ‘Aullidos’) y John Carpenter (‘Asalto a la comisaría distrito 13’), auténticos abanderados del cine fantástico serie B de todos los tiempos.

Criaturas extraterrestres versus pandilleros

No hay duda que el filme tiene elementos a su favor: una duración ajustada, un ritmo trepidante y una atmósfera claustrofóbica dentro del famoso bloque. Las actuaciones no destacan demasiado, si bien es cierto que sobresalen los chicos de la banda que no son actores y no dejan de ser chavales de la calle londinense, lo que se traduce en diálogos naturales llenos de insultos, expresiones y jerga callejera (especial mención a la pequeña aparición del siempre cómico Nick Frost). También llama la atención el diseño de las temidos criaturas, una especie entre osos/lobos/gorilas con enormes fauces brillantes, lejos de los extraterrestres CGI digitales venidos de Hollywood.

Sin embargo, todas las virtudes y buenas intenciones no acaban de consolidarse en un producto sólido, y en general resulta un filme demasiado pensado para convertirse en “cult movie” sin realmente dar suficientes motivos para exigir tal título. No acaba de cuajar ni como comedia, ni como cine de acción, ni como cinta de terror.

La cinta se queda en una “survival movie”, que a pesar de su agilidad desde el primer acto y una violencia sin tapujos, en muchos momentos se pierde en una colección de tópicos del género (las fuerzas del orden no aparecen, la idea del cazador-cazado…) y repetición de persecuciones, sustos y escenas antes vistas. También patinan algunos personajes, intrascendentes y un final que en la busca de la épica, se queda en cómicamente previsible.

Simpático producto (que en otra época hubiera sido) carne de videoclub

Aunque quizás esto último no sea tan grave, ya que el objetivo de su realizador posiblemente se aleje de lo trascendental y aunque por momentos deja caer gotas de crítica social, seguramente no se tome demasiado en serio a sí misma y se acerque más al terreno de la parodia y el homenaje. A fin de cuentas una de esas películas con un claro espíritu lúdico y sentido del espectáculo recordando a las cintas que copaban las estanterías de nuestros amados y (casi extintos) videoclubs.

Mi puntuación: 6

 

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