Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio (3D). Opinión

 

Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio

Reconozco que soy amante de los cómics, sin embargo Tintín nunca había estado en mi lista de cabecera, a pesar de que en mi niñez había echado el ojo a más de un ejemplar de la obra de Hergé. Supongo que la etiqueta y la estética de cómic “serio” me atraía y chocaba a la vez, pero a pesar de ello, nunca olvidé a sus carismáticos personajes y esas gestas imposibles en las que se veían envueltos.

Muchos años después esa curiosidad de niño, se ha convertido en interés por unas historias que aunque tienen cierto aroma a añejo, rebosan una imaginación y talento fuera de lo común. Algo que no pasó desapercibido para Steven Spielberg y Peter Jackson, grandes admiradores de la obra y que vieron en ella, una nueva franquicia que descubrir (y explotar).  

El primer pensamiento que me llega después de visionar el filme, es que Steven Spielberg se lo ha pasado en grande creándola, rodándola, viviéndola… algo que se refleja desde el primer hasta el último plano de la cinta, fotograma a fotograma impecable.

Mi segundo pensamiento es de rabia y frustración, ya que ese estado de gracia exhibido en esta película ya podía haberle llegado unos años antes, cuando se enzarzó en la cuarta parte de las aventuras de Indiana Jones y que acabó en un relativo fiasco, ya que los fans del intrépido arqueólogo esperábamos mucho más de ella. Siendo malpensado imagino que George Lucas es peor socio que Peter Jackson en este sentido.

Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio

Una técnica excelente al servicio de la historia

Por otro lado, en esta era de sobre-exposición digital donde actualmente no hay película de aventuras/acción que no abuse de la tecnología, se agradece la aparición de ‘Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio’. Como también hemos visto en los últimos años Pixar (saga ‘Toy Story’, Wall-E, ‘Up’) se demuestra  que la tecnología no está reñida ni con el talento, ni con la imaginación, ni con el hecho de conseguir un producto bien acabado y completo, y de hecho no me imagino otro modo de hacer este filme, ya que es la manera de hacer la película más real y la vez más fidedigna al cómic posible (¡que bellos parajes!).

Todo ello imposible sin la ayuda de la sorprendente técnica motion-capture llevada a cabo por la compañía de Peter Jackson, Weta Digital (‘Saga ‘El señor de los anillos’), que ya había empezado a dar sus frutos con los filmes del alumno más aventajado de Spielberg, el señor Robert Zemeckis como demostró en ‘Polar Express’, ‘Beowulf’, ‘Cuento de Navidad’ y perfeccionado en parte por James Cameron en ‘Avatar’. Por lo tanto, un respiro, parece que no todo está perdido.

Seguramente Hergé (el fallecido autor belga de la obra y que tiene un simpático cameo al principio del filme), estaría bastante satisfecho del producto final, principalmente porque él mismo en vida ya estuvo interesado en que el director americano la adaptara, y posiblemente incluso se sorprendería de las maravillas de la técnica y este resultado. Si bien es cierto que para los puristas quizás no sea un filme perfecto, ya que en su afán por agradar, intenta abarcar demasiado y a pesar de que la duración de la cinta es ajustada, (apenas hora y media) mezcla con mejor o peor suerte tres de las obras principales del famoso reportero.

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio

Un film con un ritmo tremendo e intérpretes en su salsa

Es por ello que la película está repleta de “highlights sobre todo a partir de su segundo acto y abandona la parte más densa de su homónima en el formato de papel. A su favor cuenta que es sumamente entretenida, dinámica y aún así tiene tiempo para mostrarnos el carisma y personalidad de cada uno de sus personajes.

Los actores, desde luego, cumplen con creces, (con el mérito que se les debe otorgar teniendo en cuenta que el rodaje fue básicamente trabajar rodeados con paredes de croma verde). Y si bien en la versión original son reconocidos por sus características voces, en su versión doblada apenas reconocemos a un notable Jamie Bell haciendo de un Tintín bonachón, curioso y valiente.

Y aunque a algunos quizás les moleste, a mi me agrada que los personajes se parezcan más a sus originales de cómic, casi caricaturizándolos que a los propios actores (y a la vez conseguir ser tan humanos). Hernández y Fernández, a pesar de que no aparecen demasiado, resultan en sus intervenciones hilarantes por absurdas (no había una pareja con más química que Simon Pegg y Nick Frost), y un Daniel Craig imponente como “Rackham” un villano contenido y lleno de matices.

Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio

Serkis y Spielberg, vaya dos genios

Pero una vez más me pongo a los pies de Andy Serkis, un actor especialista en este tipo de interpretaciones ya que en su momento interpretó con acierto al Gollum del señor de los anillos, a último King Kong y al simio Cesar del reciente filme de ‘El origen del planeta de los simios’. Serkis, como no podia ser de otro modo, nos muestra al mejor personaje de la historieta: el malcarado, borrachuzo, despistado, orgulloso e intrépido capitán Haddock, que nos ofrece junto al perrito Milú (el auténtico héroe de la película) los mejores (y más cómicos) momentos del metraje. ¡Oscar para Serkis, ya!

En definitiva, estamos ante una de las películas del año, un espectáculo para los sentidos. Dirigidos con maestría por un realizador que se ha quitado años de encima y aunque tiene defectos (El clímax en el puerto, algunos pasajes un tanto precipitados), nos ofrece escenas increíblemente espectaculares y divertidas (El aterrizaje en el desierto, la batalla naval entre piratas, la persecución en las calles de Tánger) y está adaptada de la mejor manera posible: con cariño y fidelidad a una obra que aunque tiene sus años, ha sabido reinventarse y al igual que su director, rejuvenecerse a tiempo para la gran pantalla.

 

Mi puntuación: 7,5

 

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