‘Border’ (Gräns)

La fantasía ha sido considerada, a menudo, un género menor dentro del cine. Este calificativo es muy injusto: más allá de hacer que nos evadamos es, junto a la ciencia ficción, el género que admite más mensajes subliminales y más crítica social, el poder meter el dedo en la llaga sin la necesidad de ser tan obvio como en géneros “serios” como el drama o el thriller. Buena prueba de ello es Border, película dirigida por Ali Abbasi y basada en una historia corta de John Ajvide Lindqvist, escritor sueco que saltó a la fama hace una década por la icónica Déjame entrar.

Eva Melander
Eva Melander es Tina en ‘Border’

La bella fealdad

Border ya engancha desde sus primeros compases: su protagonista, Tina (Eva Melander), es una agente de aduanas de extraño físico, una fisonomía que nos remite a los hombres primitivos. Aunque no queramos mirarla es inevitable hacerlo, su cara es única, su “fealdad” (según los cánones actuales) se convierte en fascinación, como la que producían todos esos “Freaks” del clásico Tod Browning. Aunque realmente eso no es lo único que llama la atención de la joven: su don de oler las emociones ya nos hace ver que es tan especial por fuera como por dentro.

Border nos introduce, entonces, en el drama costumbrista de esta mujer: hija de un padre con alzheimer, vive una vida rutinaria con un novio muy poco pendiente de ella (aunque ella tampoco mucho de él, admite que vive con él para tener compañía). Conocer a Vore (Eero Milonoff), un hombre sospechosamente parecido a ella, lo cambiará todo.

Desde el encuentro con Vore, Ali Abbasi introduce de forma muy acertada los elementos fantásticos en una trama aparentemente costumbrista de personas con un físico especial. De hecho, en algunos momentos dudaremos si lo que vive y siente Tina es real o producto de su imaginación, la misma que de niña la ayudaba a evadirse de la realidad para huir de sus miserias. También dudaremos de la fascinante historia que le cuenta Vore.

Eero Milonoff y Eva Melander

¿Quién es el raro?

Sin duda se nota la impronta del creador de Déjame entrar: ambas películas y relatos dan voz a personajes “raritos” (aunque aquí Tina sí se ha adaptado a lo que se espera de un adulto: trabajo estable, vivienda, pareja) que verán trastocada su vida al conocer un ser tan o más especial que ellos y que al fin los comprende.

Se agradece que en un mundo de escenas de sexo coreografiadas y con actores de cuerpos atléticos, Abbasi muestre a estos dos personajes de cuerpos y caras no normativos dando rienda suelta a su pasión animal. Aunque pueden chocarnos estas escenas al principio (cierto plano, incluso, puede hacer apartar algunas miradas de la pantalla) resultan realmente eróticas: de erótica poco convencional y muy feísta, cierto, pero mucho más creíble y mundana que la enésima escena de cama y sábana estratégicamente colocada “made in Hollywood”.

 

Eero Milonoff y Eva Melander

Un cuento de hadas para adultos

Por su tratamiento, su giro al fantástico (con referencias al folclore nórdico) y la gran importancia que tiene en ella la naturaleza, Border resulta un fascinante cuento de hadas para adultos, algo así como el reverso de todos esos cuentos que nos contaban de niños… O quizás un cuento de hadas tal y como estos eran antes de que el tiempo y la moral (generalmente cristiana) hiciesen de las suyas dulcificándolos, quitándoles el componente oscuro y dejándoles solo (y de forma muy simplificada) su moraleja.

 

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