Este año se cumplirá el veinte aniversario de El sexto sentido (The sixth sense), película que se convirtió en un auténtico fenómeno mundial y situó a su realizador, M. Night Shyamalan en el punto de mira de todo Hollywood. Tras el estreno, al realizador de origen hindú se le comparaba nada menos que con Hichcock por su notable uso de la técnica cinematográfica en favor del suspense y con Spielberg por su capacidad de llegar a la emoción del espectador.
El revelador giro final de aquel filme no solo hizo llenar las salas de la época debido al “boca-oreja” (y de paso, las arcas de la productora: 672,8 millones de dólares a nivel global) sino que además marcaría el futuro de la carrera de su director. El mayor ejemplo, su siguiente filme: El protegido (Unbreakable), (2000).
Los fantasmas de Shyamalan
Por entonces Shyamalan disponía del favor absoluto de crítica y público, además de casi de el doble de presupuesto (75 millones de dólares) para rodar su nueva película. Y curiosamente apostó por una historia no exenta de riesgo, pero con un punto de partida potente: David Dunn (Bruce Willis) es el único superviviente de un devastador accidente de tren. Poco tiempo después, un misterioso hombre llamado Elijah (Samuel L. Jackson) quiere conocerle para exponer la teoría del porqué de su supervivencia, hecho que cambiará su vida para siempre.
Bajo esta premisa y de nuevo con Willis de protagonista, pareciera que estábamos ante una secuela no declarada de El sexto sentido. La publicidad de filme iba en esta dirección y con tan solo 15 meses de margen entre el estreno de ambas películas, la expectativas eran muy altas, quizás demasiado. Las críticas no fueron sangrantes pero la recepción de la audiencia fue fría. Un público que esperaba una historia más digerible, cercana y con un último giro demoledor, pero se encontraron con una trama de ritmo lento, que no entendían bien y con un final atropellado, casi anti-climático. ¿El resultado? unas cifras correctas en taquilla (248,1 millones de dólares a nivel global) pero muy lejos de lo esperado.
El paso del tiempo como aliado
Personalmente siempre considere esta película algo infravalorada, aunque su giro final me decepcionó, en líneas generales me pareció una propuesta valiente y como aficionado a los cómics, de valor incalculable. Tampoco entendí demasiado el porqué del título en español, cuando ‘Irrompible‘ quizás hubiera sido un título más correcto (o dejarlo tal cual), pero el tema de los títulos, merece un post aparte.
Vista con perspectiva, podemos afirmar que El protegido supera a El sexto sentido en muchos aspectos. Principalmente porque no recurre a artificios ni trampas argumentales, siendo narrativamente más sólida e incluso más honesta.
Ambos filmes tienen cosas en común por supuesto, como el uso de los vínculos familiares como cimientos del componente dramático y llave para abrir la puerta al componente sobrenatural. En El sexto sentido Shyamalan utiliza tanto el drama familiar entre Cole (Haley Joel Osment) y su madre Lynn (Tony Collette), como el del matrimonio entre Malcom Crowe (Willis) y Anna (Olivia) como base para mostrar su particular visión de una historia con fantasmas. Y en El protegido, el realizador construye su relato a través de la relación entre David Dunn (Willis) y su hijo Joseph (Spencer Treat Clark), sumando a su esposa Audrey (Robin Wright). Factores clave para situarnos ante una nueva realidad, esta vez con héroes de cómic en lugar de espectros.
Héroes y villanos en un universo muy particular
Pues sí, parece que M. Night Shyamalan fue visionario en el 2000, quizás sin pretenderlo, ya que su película era una re-interpretación del origen de un superhéroe, y anticipándose a lo que ahora es toda una tendencia en la industria. Es cierto que por entonces ya teníamos productos como los X-Men de Bryan Singer, pero esa estética oscura, aún deudora de Matrix la situaba en un terreno diferente al propuesto por el director hindú. El protegido tampoco encaja en el canon actual de cine de superhéroes, pero es innegable que la cinta es un canto de cisne al mundo del cómic y estos mitos modernos. ¿Tenía por entonces el realizador en mente crear más secuelas? Nunca lo sabremos con certeza.
Lo cierto es que es resulta cuanto menos sospechoso que la historia de Múltiple (Split) llegara “tan solo” 16 años después y tras una filmografía algo irregular. Sin embargo, como aficionados del género fantástico, nunca es tarde y es siempre es una buena noticia recuperar a un realizador que innegablemente tiene sello propio.
Si en El protegido, el realizador se esforzaba en mostrar la de-construcción del héroe desde un modo introspectivo, en la cinta protagonizada por James McAvoy todo parece focalizado en la construcción/creación de un auténtico villano. Si nos fijamos, esa bestia de las diversas personalidades también tiene alma de cómic. (Spoiler) El último acto de Múltiple, y la sorprendente irrupción de Dunn en la última escena del filme, lo confirma.
Cómics y superhéroes son algo más que una moda
¿Estaba pues la audiencia preparada para El protegido hace 19 años? Quizás el público medio de entonces no, que consideraba los cómics como elementos infra-culturales, cosas de niños o “freaks”. Shyamalan casi parece realizar una declaración de intenciones y reflexionar con su público en boca de Elijah Price (Samuel L. Jackson), uno de los personajes capitales del filme que en su galería de arte defiende a capa y espada el dibujo de un cómic considerándolo como una auténtica obra de culto, como elemento de preservación y digna de estudio como fueron los pictogramas en el pasado.
Este hecho puede llevarse al contexto cinematográfico (exceptuando al Superman de Donner), ya que hasta la llegada de Christopher Nolan y su trilogía de El caballero oscuro, nadie se tomaba demasiado en serio este tipo de historias de “héroes en mallas”. El realizador londinense no ha ocultado nunca que (El protegido) Unbreakable fue una referencia esencial para la creación de su versión más “realista” de Batman. Si prestamos atención, en ambas la estructura dramática funciona más allá del componente fantástico/superheróico y los personajes por muy poderosos que sean, y máscaras que lleven, están completamente humanizados.
El 18 de Enero nos llega Glass (Cristal), el encuentro definitivo entre héroes y villanos del micro-universo de personajes extraordinarios tan personal que ha creado durante casi dos décadas el bueno de M. Night Shyamalan. Veremos si está a la altura de sus predecesoras, o tal colisión de trenes nos deja completamente rotos… ¿Habrá que darle también perspectiva para valorarla con justicia?.
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