No es ningún secreto que Marvel Studios, y sus superhéroes, se han convertido en una gran maquinaria de fabricar películas (y por lo tanto dinero) que está funcionando a las mil maravillas y en perfecta sintonía para la industria cinematográfica de Hollywood.
Y más teniendo en cuenta que sus personajes emblemas cómo ‘Spider-man’ (hasta hace bien poco), ‘X-Men’ o los ‘4 fantásticos’ pertenecen a la Fox, es por eso que la casa de las ideas ha tenido que tirar de hemeroteca y franquicias menos conocidas para el gran público, cómo por ejemplo ‘Guardianes de la Galaxia’ que se convirtió en el estreno sorpresa del pasado verano.
Un producto modesto y que ha cambiado de manos
El turno era pues para ‘Ant-Man’ (El hombre hormiga), un proyecto menor que en principio iba a ser obra de Edward Wright (‘Zombis Party’, ‘Scott Pilgrim contra el mundo’), pero que desgraciadamente abandonó el proyecto y finalmente sólo consta como co-guionista. El filme lo ha dirigido Peyton Reed, un realizador especializado en comedias (‘Abajo el amor’, ‘Separados’, ‘Di que sí’) un hecho comprensible, tras ver la cinta, que a pesar de tener el sello clásico y la guía de estilo de Marvel, tiene ese punto desenfadado o menos trascendente que otras producciones superheroicas de la casa.
¿Quién puede tomarse en serio al Hombre Hormiga?, quizás se preguntaron sus productores… y precisamente en esa falta de pretensiones hallamos uno de los éxitos del filme, ya que la historia se convierte en muy accesible para el espectador medio, que tras las luchas colosales de semidioses en ‘Los Vengadores: La Era de Ultrón’, puede sentirse más identificado con un “héroe” más familiar, con sus problemas cotidianos como puedan ser: estar más tiempo con su hija, o conseguir un trabajo digno.
El héroe protagonista en realidad es el segundo en enfundarse las mallas de Ant-Man, hablamos de Scott Lang, (aparecido en el Universo Marvel #Avengers 181) un ex-ladrón y experto en electrónica. Este hecho es importante ya que el hombre hormiga original, el científico Hank Pym, también tiene su cuota de pantalla siendo el mentor de Lang y buena parte de la historia se dedica a convencerle para sucederle en su puesto como Ant-Man, además de dirigir su instrucción como nuevo vengador acompañado de sus nuevas aliadas: las hormigas.
Un reparto bien definido
A Scott, lo interpreta un sorprendente Paul Rudd (‘Proceso de Admisión’), un actor con tablas en comedia y cine independiente norteamericano. Lo cierto es que Rudd sabe dar verosimilitud y frescura al personaje, un aire que nos recuerda a la primera vez que vimos a Robert Downey Jr. en el rol de Tony Stark/Iron Man.
En cuanto a Hank Pym, está encarnado por un veterano como Michael Douglas (‘Wall Street’) que (al igual que Robert Redford en ‘Capitán América: Soldado de Invierno’) ofrece su talento a la causa Marvel y le da un plus de profundidad a un personaje tan atormentado y nostálgico como Pym.
Del resto de secundarios podemos destacar a Hope, interpretada por Evangeline Lilly, la hija de Pym será un personaje que conectará a ambos Ant-Man generacionales y su vez asumirá el típico rol femenino en estás producciones superheroicas, sin embargo su caso no es tan sangrante, y parece que el destino le deparará más protagonismo en un futuro cercano. También son dignos de mención esa cuadrilla de simpáticos perdedores que acompañan a Scott en su plan de robo, un “trío calavera” que por momentos nos recuerdan a aquel grupo de ladrones desastroso de ‘Snatch: cerdos y diamantes’.
Y finalmente resaltar a Corey Stoll (‘The Strain’) que tiene el papel de Darren Cross, alumno aventajado y heredero del imperio tecnológico de Hank Pym, un villano cargado de estereotipos que roza la caricatura y no aporta demasiado al conjunto, pero que sirve como pretexto para mostrarnos al némesis de Ant-Man: Chaqueta Amarilla y el enfrentamiento final más original y curioso de toda la franquicia creada por Stan Lee.
¿El tamaño importa?
Así pues con estos elementos, Peyton Reed ha diseñado un filme sencillo, pequeño, pero muy entretenido, mezclando géneros con éxito: desde comedias familiares cómo ‘Cariño he encogido a los niños’ a cintas de robos y atracos tipo ‘Ocean’s Eleven’, además añadiendo a un superhéroe simpático y de andar por casa que nos ofrece escenas de acción y aventuras bastante logradas y de lo más amenas.
Estamos ante otra “un cara B” del Universo Marvel, lejos de la épica de ‘Los Vengadores’, pero que sigue fiel al espíritu de los cómics de antaño, y que a falta de titanes y mutantes, cumple el expediente con holgura.
Lo mejor:
Su falta de pretensiones y sentido del humor.
La batalla final (de lo más original) en la habitación de la hija de Lang.
Lo peor:
Un villano sin demasiados matices.
Las hormigas digitales, cantan un poco.
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