Hablamos de… ‘Guardianes de la Galaxia Vol.2’

 
 
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En una galaxia muy cercana

 

¿Quién se podía imaginar el éxito del primer ‘Guardianes de la Galaxia’? Sólo unos pocos visionarios. Lo cierto es que esta adaptación del cómic de Marvel de 1969 fue una grata sorpresa y todo un soplo de aire fresco para una franquicia. Y es que con tanta saturación de superhéroes, se corría el riesgo de aniquilar antes de tiempo la gallina de los huevos de oro.

‘Guardianes’ era descaradamente una cara B de Marvel, un proyecto que tenía poco que perder y que tras el brutal éxito en taquilla, se colocó en la vanguardia de las películas más esperadas de este género (tan poblado ya), como es el de superhéroes.

La secuela, evidemente repite el equipo artístico. Encabezado por su realizador James Gunn, que utiliza el mismo molde para elaborar una película condenada a ser comparada con su predecesora. ¿Y qué le pedimos a nueva buena segunda parte? Pues que contenga los mismos elementos que la primera, pero en diferentes circunstancias y ofreciendo más y nuevos matices a los personajes, no nos vale con una burda copia. Y en eso, al menos cumple. Quizás no tenga la frescura de la primera y peca de excesiva en algunos momentos, pero sigue siendo igual de desacomplejada a grandes rasgos.

 

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El grupo de canallas espaciales, regresa con fuerza

 
Y al igual que en el primer film, pasado el flashback inicial, la patrulla galáctica irrumpe en escena con una secuencia de créditos que ya es toda una declaración de intenciones por parte del realizador. Una batalla del grupo contra un monstruoso “final boss” con muy malas pulgas con el objetivo de proteger unas baterías de una raza llamada “los soberanos”. Lo curioso es que gran parte de esta escena está rodada casi en segundo plano, y el foco está puesto en los bailes del inquieto Baby-Groot al compás de ‘Mr. Blue Sky’ de Electric Light Orchestra.

A partir de ahí la trama se desencadena cuando la Sacerdotisa Ayesha (Elizabeth Debicki) descubre que Rocket ha robado algunas de estas baterías para su propio beneficio. De este modo nuestros héroes son forzados a escapar y buscar el exilio en uno de los planetas del reino de Ego, padre biológico de Luke…quiero decir, de Peter Quill.

Con estas premisas iniciales, la película coge ritmo de crucero y consigue volver a atrapar a todo tipo de público. Gracias en parte a una historia que explora todavía más las relaciones entre los personajes,  los constantes tiras-y-afloja y obviamente el vínculo que les une más que como amigos, como una verdadera familia. Y es que, esta película (y me atrevería a decir que esta saga) si versa sobre algún concepto, ese es el de la familia. Sustentándose en un guión inteligente, que aunque no escapa de unos gags de humor bastante primario, se solidifica con personajes muy bien escritos y diálogos que narrativamente hablando, son ante todo…eficaces.

 

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Evidentemente la historia gira en torno a Quill, con el socarrón Chris Pratt que muestra la vertiente más dramática de un personaje que tiende descaradamente al humor. Gamora, sigue en su línea malhumorada y maternal, con una Zoe Saldana al parecer más pendiente de otros “avatares”. Su personaje no es que evolucione mucho, pero deja abierto un futuro romance con Quill. En cuanto a Drax, el vigoréxico Dave Bautista, mantiene su esencia baturra de guerrero temible, pero su personaje cae demasiado en el chiste fácil, acercándose a la caricatura.

Y finalmente tenemos a Mapache Cohete y Groot, (Baby Groot y Rocket) que pese a ser los personajes 100% digitales se muestran de nuevo como los personajes más cercanos, empáticos y agradecidos a nivel de escenas digamos…dignas de recordar.
 

Ego aparece en escena

 
Y si hablamos de secundarios, tenemos que mencionar a Kurt Russell en el rol de Ego. Es el personaje con el que inicia la cinta, completamente rejuvenecido (vía CGI), para mostrarnos a un Russell que recuerda a su época de gloria en los 80’ con el gran maestro John Carpenter. Una presentación de Ego, que resulta oportuna para posteriormente aparecer y reclamar la custodia de su hijo “legítimo” Quill, aunque sus intenciones sean más siniestras de lo que a priori parece (ninguna sorpresa para nadie, y menos para aquellos que conocían el personaje de los cómics).
 

Cierto es que Russell no realiza una actuación memorable. Sin embargo aporta su carisma y presencia con mucho más acierto que el encefalograma-plano villano del primer film, Ronan (el acusador).

Y muchas más sorpresas, porque los guiños y referencias ochenteras en ‘Guardianes de la Galaxia. Volumen 2’ son tan frecuentes como recurrentes. Desde el clásico cameo de Stan “the man” Lee, pasando por apariciones como el Pato Howard o Stakard Ogord en la piel de Sylvester Stallone (o viceversa). Por no hablar de las menciones al coche fantástico, Masters del Universo o Pacman.

Incluso tenemos numerosos actores no acreditados como Rob Zombie, Jeff Goldblum, Michael Rosembaum o… el mismísimo ¡¡¡David Hasselhoff!!!. Un magnífico mejunje de nombres ilustres que junto a las referencias a iconos pop y el inteligente uso de la música (usando como metalenguaje las letras de las propias canciones, convirtiendose en un elemento narrativo más de la película) acentúan aún más el sello de esta franquicia y la dan vida a la película que más allá de cameos y apariciones funciona de manera orgánica.
 

A veces… menos es más

 
Sin embargo, por desgracia no estamos ante la secuela perfecta, quizás su mayor problema se produce en el último acto, que transcurre en el planeta Ego. Allí todo se vuelve mucho más excesivo, confuso hasta resultar tedioso, en pro de una épica algo forzada que se va postergando cada vez más entre explosiones, persecuciones galácticas y peleas entre poderosos titanes. Y más si tenemos en cuenta que al némesis principal, se le suman el ejército de los soberanos y los numerosos saqueadores para acabar de liarla aún más gorda.

Aunque es cierto que tiene algún gag destacable y momento de cierta emoción, este clímax, en líneas generales…resulta agotador. Algo que se (medio)arregla con un punto final que al igual que su predecesora sabe tocar la fibra sensible arrancando sonrisas y lágrimas de un espectador lo suficientemente entregado para/con esta familia galáctica Marvelita.

 

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En definitiva, ‘Guardianes de la Galaxia. Volumen 2’ sin la ventaja del factor sorpresa y la frescura del primer filme, sabe llegar allí por donde pasó la primera parte e incluso la sobrepasa en algunos aspectos, pero pasándose de frenada.

Sin embargo no hay que olvidar que este film también tenía el objetivo de abrir de par en par las puertas para esa futura epopeya titulada ‘Guerra del Infinito (Infinity War)’. Da auténtico vértigo pensar en un Mix imposible entre estos crápulas espaciales con los poderosos superhéroes de la línea A de Marvel (es decir, los Vengadores). En fin…que Thor nos pille confesados.

 

Lo mejor:

  • Tramas más elaboradas centradas en los vínculos entre personajes.
  • El uso de la banda sonora.
  • Mapache Cohete y Baby Groot.
  • Los secundarios, en especial Yondu.
  • En pulso narrativo de su realizador, James Gunn.

Lo peor:

  • Un clímax demasiado alargado y confuso.
  • Algunos protagonistas algo minimizados y/o caricaturizados.

 

Si quieres verla, puedes encontrar ‘Guardianes de la Galaxía Vol.2’ en este enlace.

 

¿Ya la  has visto? Si es así, puedes contar tus  impresiones de la película en nuestros comentarios.

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