Hablamos de… ‘Han solo: Una historia de Star Wars’

Alden Ehrenreich y Joonas Suotamo Han Solo (2018)

“Voy a ser piloto. El mejor de la galaxia.”

Los que seguimos desde hace mucho, mucho tiempo esta franquicia nos echamos las manos a la cabeza al saber que habría un ‘Spin-off’ centrado en Han Solo, uno de los personajes más míticos de la saga, y obviamente sin (un veteranísimo) Harrison Ford encarnándolo.

Sin embargo con el renacer de la saga, era inevitable que este hecho sucediera como algo natural dentro de la expansión del universo. Así que Disney pensó en hacer una versión rejuvenecida del héroe contando con Alden Ehrenreich (‘¡Ave César!’) de protagonista y con un realizador muy de la cuerda Lucas, como Ron Howard a la dirección.

¿Con qué propósito nace ‘Solo’? Principalmente para recaudar dinero y a su vez ofrecer una buena dosis para el fandom que necesita sobrellevar esperas entre los episodios de la trama principal. Pero tal y como fue ‘Rogue One’, este tipo de películas también se utilizan para resolver algunas cuestiones que siempre nos hemos hecho referente al mundillo ‘Star Wars’: ¿Cómo se conocieron Han y Chewbacca?¿Cómo consiguió Han arrebatarle el Halcón Milenario a su anterior propietario?¿Realmente disparó primero?

Alden Ehrenreich y Erin Kellyman en Solo A Star Wars Story (2018)

Un Star Wars con aroma a western

Con un guión escrito por Jonathan y Lawrence Kasdan (autor también del libreto del Episodio VII: ‘El despertar de la fuerza’) esta cinta resuelve algunas de estas dudas. La trama se aleja del enfrentamiento entre Jedis y Sith, la eterna lucha del bien contra el mal y el equilibrio en la fuerza. Para exhibir una Space-ópera con muchos elementos extraídos del western más clásico (incluida una magnífica escena de asalto a un tren).

La historia arranca años atrás de unirse a la rebelión, en una galaxia imperial y donde existen numerosas bandas criminales, el joven Han Solo consigue huir del planeta Corellia, dejando atrás a su amada Qi’ra. Han se promete volver a por ella algún día. Tras apuntarse a la Academia Imperial para ser un gran piloto, Solo conoce a su leal copiloto, un wookie llamado Chewbacca y finalmente al famoso contrabandista Lando Calrissian.

En una misión desesperada, Han se unirá a Tobias Beckett y una banda de ladrones independientes para obtener un valioso cargamento de coaxium, del que se extrae el hiperfuel para que las naves naveguen por el hiperespacio.

Linda Hunt y Alden Ehrenreich in Solo A Star Wars Story (2018)

Un Solo juvenil, lejano al (anti)héroe de antaño

Con Ron Howard al mando, la producción apuesta por un estilo bastante desenfadado, y con un barniz de comedia que impregna gran parte del metraje, olvidándose de ese estilo épico y grandilocuente de los episodios principales.

Además presentan una versión muy alejada de ese Han Solo cínico y con tantos “claroscuros” que encontrábamos por primera vez en el episodio IV. Pero a pesar de ello este rebelde sin causa juvenil que nos muestra Ehrenreich no es tampoco desdeñable. El intérprete adopta algunos gestos de Ford mezclándolos con cosecha propia, pero resulta una versión “light” y algo descafeinada del personaje original.

Los secundarios del filme no destacan demasiado. A pesar de contar con veteranos como Woody Harrelson o Paul Bettany (en unos personajes no exentos de clichés), son actores que aportan su carisma pero que están algo desubicados en una producción de estas características.

Emilia Clarke como Qi’ra no demuestra muchos más registros que lo que le hemos visto en ‘Juego de Tronos’ y su química con con Ehrenreich es tirando a escasa. Quizás, Donald Glover (‘Marte’) sea el que aporte algo de luz a su personaje y logramos vislumbrar parte del descarado Lando Calrissian interpretado originariamente por Billy Dee Williams. Por supuesto hay que mencionar a Chewbacca (Joonas Suotamo) personaje que siempre resulta agradable verle en pantalla como compañero de andanzas de Han.

Una cinta menor dentro de un vasto universo

En definitiva, ‘Han: Solo’ queda como una curiosidad, una película de entreguerras. No tiene grandes interpretaciones, posee un ritmo irregular y no logra emocionar en ningún momento. A pesar de ello, el filme no resulta un desastre y es reconocible dentro del universo Star Wars’. En gran medida porque está escrita con cariño por el dúo Kasdan, colocando los guiños suficientes e visitando lugares comunes de la saga donde no faltan las persecuciones de naves, los androides y tabernas interplanetarias.

Ron Howard no se exhibe como hubiera podido hacer en los ochenta, pero cumple como realizador de estudio, dominando múltiples registros cinematográficos y ofreciendo un entretenimiento honesto de dos horas sin grandes pretensiones.

Respecto a Ehrenreich, aunque al principio cuesta encajarlo como un nuevo Han Solo, hace un esfuerzo para mostrar cierta frescura y nuevos matices al joven Han. Aunque queda la sensación de que obedece más a una intención de la propia Disney de “suavizar” aquel contrabandista socarrón (y no exento de miserias) interpretado por Harrison Ford.

Han Solo Una historia de Star Wars (2018)

 

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