Los Vengadores nacieron en el mundo del cómic a principios de los sesenta aprovechando que la popularidad de los superhéroes estaba en aumento -y número de ventas-. Los fans pedían unir a todos esos personajes que tenían colección propia, así que Stan Lee se puso pronto manos la obra para crear su propia versión de la Liga de la Justicia con Hulk, Iron Man y Thor, entre otros.
Si el año pasado ‘Vengadores: Infinity War’ nos sorprendió a todos como la película que culminó con éxito la década de trabajo de Marvel en el mundo cinematográfico, ‘Vengadores: Endgame’ es la consolidación definitiva de un género que ha conquistado a millones de espectadores en todo el mundo. Demostrando a su vez que un producto de tales dimensiones y popularidad puede ser completamente maduro y dar algo más que una simple evasión momentánea.
Al frente de nuevo, los hermanos Russo, que ya mostraron su nivel tocando techo con el anterior filme y con las notables secuelas de ‘Capitán América’. También los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely vuelven para liderar un proyecto que no sólo cierra la fase 3 de Marvel, sino que marca un antes y un después dentro de esta mega-franquicia de superhéroes.
Una cinta que vale por tres
(La crítica contiene spoilers)
‘Endgame’ no es una secuela cualquiera, tiene tres horas de duración (la cinta más larga de la franquicia Marvel, aunque pasa rápido) y prácticamente, son tres películas en una. Su primer segmento se centra en las consecuencias del incidente con Thanos y las gemas del infinito que desencadenaron la desaparición de la mitad de la humanidad.
Un tramo argumental oscuro, melancólico y sosegado, fundamental para conectamos emocionalmente con los personajes protagonistas. El foco se crentra especialmente en un frustrado Steve Rogers o un moribundo Tony Stark, cuyas decisiones pasadas les hacen llevar sobre sus hombros el peso monumental de la pérdida y esos sentimientos de culpa y responsabilidad muy superiores al resto.
Además, nada empezar la trama da un giro imprevisible, eliminando de un plumazo al auténtico protagonista de ‘Infinity War’ y gran responsable del éxito del filme: un Thanos, que acepta estoicamente su trágico destino. Por si fuera poco, las gemas han sido destruidas dejando un horizonte en aparente paz, pero desolador. Es sin duda decisión arriesgada por parte de los guionistas, con la que asumen perder una de sus mayores bazas ganadoras a costa de ofrecer una vuelta de tuerca y conmocionar de nuevo a un universo poco dado a las sorpresas, descolocando a un espectador, que no tiene muy claro por donde lo van a llevar.
Regreso al futuro, versión Marvel
Así pues, llega el segundo acto, varios años después donde -por azar- reaparece Ant-Man/Scott Lang (Paul Rudd) con la idea del viaje en el tiempo a partir de la manipulación del reino cuántico. Lang, se une a Capitán América y Viuda Negra, que no dudarán en reagrupar a los héroes supervivientes para aventurarse en una gesta sin precedentes. Una decisión difícil para Stark, que ha rehecho su vida junto a Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) y es padre de una niña entrañable. Sin embargo, una vez más la carga de la pérdida -en este caso, su apadrinado Peter Parker– le hacen reconsiderar la situación.
Los héroes tienen la oportunidad de volver a adentrarse en las entrañas de acontecimientos ya vividos en anteriores películas con el fin de “robar” las gemas antes de que Thanos aparezca. Estos viajes temporales, no solo son un obsequio para los fans de la saga y aficionados al cómic, sino que dan una perspectiva de la magnitud real de este extenso universo y además enriquecen la experiencia del visionado de los filmes antiguos.
En este punto el filme se convierte en todo un homenaje al cine fantástico y de aventuras de los 80 y 90, -una regresión a nuestro cine de la infancia, en un viaje emocional y emocionante-, y que su vez honra a toda la propia franquicia creada por Marvel Studios.
Los intérpretes se entregan en este cierre
Obviamente la película se centra principalmente en Tony Stark y Steve Rogers, que se trasladan a un punto clave en el tiempo, donde deben hacer comprender al espectador porque luchan y para qué. Todo un reto interpretativo que Downey jr. y Chris Evans cumplen con creces. Si bien habíamos dignificado varias veces el trabajo de Robert y su mimetización absoluta con Tony Stark/Iron Man, hay que reconocer que Evans ha mejorado muchísimo en su papel, desde su primera aparición hasta aquí la evolución como Steve Rogers/Capitán América es enorme.
Sin embargo, sería injusto no destacar el peso de personajes que hasta ahora no habían tenido tanto peso específico en el grupo como Viuda Negra (Scarlett Johansson) u Ojo de Halcón (Jeremy Renner), que demuestran que pese a no ser todopoderosos, su nivel de heroicidad es admirable y están dispuestos a cualquier cosa por un bien mayor colectivo.
Así pues ¿Cuál es la gran apuesta en el eje del filme? Si ‘Infinity War’ se centra en comprender los objetivos de Thanos, ‘Endgame’ está hecha para ver hasta donde llega el sacrificio de los héroes aliados. El “divide y vencerás” en este caso le sirve al dinamismo narrativo del filme que sube enteros en esta parte central de la trama, donde la comedia aparece para compensar la sobriedad del arranque y funciona a la perfección. Cada viaje al pasado en paralelo de los héroes hacia los diferentes espacios temporales son como fases de un juego, que se va recomponiendo hasta alcanzar la ansiada meta final. Salvo un pequeño detalle…. Thanos -el de esa línea temporal-, ha descubierto el plan y no se va a quedar de brazos cruzados.
Último acto, una oportunidad entre un millón
Y así llegamos al último tercio, un inmenso clímax que se vuelca en la épica más absoluta, una especie de ‘La batalla de las puertas negras’ de ‘El retorno del rey (2003)’ pero con héroes y heroínas. La clásica lucha final del bien contra el mal, la última oportunidad, al son de ese mítico y esperado: ¡VENGADORES, REUNÍOS! junto a la reconocible fanfarria de Alan Silvestri… emociona y pone los pelos de punta.
Es un punto de comunión con un espectador entregado a la causa para ver como los héroes lo dan todo en una colosal contienda a la desesperada contra una amenaza que los ha tenido y tiene contra las cuerdas. Esta vez, Thanos, se muestra como un villano más convencional que en ‘Infinity War’, pero poco importa, ya que sirve perfectamente para un fin, mostrar el final de una época.
No sabemos si la película de los Russo superará con éxito el paso del tiempo, pero todo apunta a que sí. Pese a sus numerosos defectos: -como en todas las películas con viajes en el tiempo- hay numerosas incongruencias, personajes deslucidos o demasiado paródicos como Thor y Hulk o secuencias absurdas como la resolución apresurada de la fórmula de los viajes temporales o el momento impostado del “Girl Team Power”-que intuimos que es más una idea de los productores de la conservadora y políticamente correcta Disney-. Pero ya sean agujeros en el guión, paradojas u otros errores del estilo, no tienen el peso suficiente como para embrutecer un producto final valiente, generoso y desacomplejado como es este gran broche final que es ‘Vengadores: Endgame’.
No es un adiós, es un gracias… y hasta siempre
El cine de Marvel no se para aquí, pronto llegarán más entregas de este gran serial, con nuevas y viejas caras. De momento en nuestra memoria -y corazón- se queda ese emotivo funeral, con todos los héroes e individuos trascendentes reunidos asistiendo abatidos a una dolorosa pérdida. Una despedida con un sentimiento de gratitud inmensa hacia ese individuo que con su sacrificio les/nos ha garantizado un futuro próspero y esperanzador, colocando aquella primera piedra tiempo atrás, cuando los superhéroes eran solo un mero pasatiempo para jóvenes.
La referencia es tan obvia como obligatoria: GRACIAS STAN, TE QUEREMOS 3000.