‘Spectre’, la última cinta de James Bond, tiene un prólogo espectacular. Situado en México DF tiene todo lo que esperamos ver en un filme 007: acción, movimiento de masas, un toque de humor, un Bond pasándolas canutas y un desenlace que hace presagiar más de dos horas de diversión. Sin embargo, la segunda cinta de Sam Mendes para la saga del agente secreto se queda en un mero divertimiento muy alejado de las altas cotas de ‘Skyfall‘ y sobre todo de la ejemplar ‘Casino Royale’. Pero, ¿qué ha pasado?
Si ‘Casino Royale‘ marcó el inicio de la saga Craig y un toque más oscuro, ‘Quantum of Solace‘ fue un amargo tropezón y ‘Skyfall‘ consolidó esta etapa del agente dándole un reverso todavía más dramático, de ‘Spectre’ esperaba, cuanto menos, que mantuviese el tono, ritmo y envergadura de la primera cinta de Mendes. Por desgracia, el cuarto Bond se queda en tierra de nadie por varios problemas que pasaré a enumerar.
Primero: no se aclara con el tono.
‘Spectre’, la película Bond número 24, se empeña en contentar a los fans mostrando continuos guiños a las diversas etapas del personajes. Esto se agradece y nos arranca una sonrisa, pero contrasta con el tono sombrío de la saga Craig, a la que no ayuda un actor evidentemente cansado y más demacrado que, curiosamente, es más Superman que nunca. Por ejemplo, en ‘Spectre’ tenemos escena de tortura, pero en ningún momento sufrimos como lo hicimos en la de ‘Casino Royale’… ¡sabemos que a este James Bond no le puede pasar nada!
Este tono también es incoherente con el desarrollo de la trama: no busco en un filme Bond la complejidad argumental de un guión de película de Scorsese, pero tampoco que pasen las cosas porque sí o que no haya consecuencias en los actos de los personajes (por ejemplo, ¿por qué nadie se pregunta qué pasó en el tren?).
Segundo: obliga al espectador a saberse de memoria todos los Bond de Craig.
Uno de los puntos clave de ‘Spectre’ tiene que ver con un personaje que apareció en anteriores películas pero al que no le habíamos prestado demasiada atención (el guión no nos invitó a ello). Más adelante veremos que TODO en Spectre gira entorno a ciertas acciones de las anteriores películas. Sin duda esta estrategia tiene que ver más con un salir del paso que con una macrotrama diseñada desde que en 2006 se estrenó ‘Casino Royale’.
Comprendo que ‘Spectre’ pretenda cerrar la trama del Bond de Craig (aunque ya veremos), pero ni se le puede exigir al espectador que recuerde determinadas cosas de hace 9 años (las películas de Bond en raras ocasiones tienen esa continuidad) ni mucho menos que deba meterse con calzador cierta concatenación de acciones.
Tercero: tiene un villano desaprovechado y paródico.
La presentación de Franz Oberhauser (Christoph Waltz) es espectacular: lo conocemos entre sombras, en la reunión siniestra a la que asiste James Bond. Ambos hombres se conocen, el espectador lo sabe, y espera un duelo de altura. Por desgracia, Oberhauser no cumple, siendo un villano que se nos presenta como un genio del crimen pero que, a la hora de la verdad se queda en mera parodia, en un mequetrefe de risa nerviosa y verborrea tópica (eso sí, hecho de adamantium). Una prueba que un gran actor puede hacer un mal personaje si el guión no está a la altura.
Cuarto: no hay química con la chica Bond.
Hay chicas Bond que están simplemente para dar las escenas sensuales de turno (véase la Bérénice Marlohe de ‘Skyfall’) y otras que aspiran a ser algo más y lo consiguen (Eva Green en ‘Casino Royale’). Léa Seydoux, que interpreta a la Dra. Swann, debería ser de las segundas, pero su química con Daniel Craig es nula y en ningún momento nos creemos la historia de amor entre ellos. Una presentación, una escena de acción y una noche de pasión no son suficientes para creérnos lo que Bond es capaz de hacer por ella… ¡Qué diferencia con la historia entre Craig y Green en ‘Casino Royale’, ahí sí que saltaban chispas con solo unas miradas!
Quinto: lo que han hecho con Monica Bellucci no tiene nombre.
Y aquí no me quejo de los escasos minutos de Bellucci en el metraje (que como fan un poco, sí), sino del tratamiento que tiene su personaje, una viuda de acciones incoherentes y totalmente injustificables en una trama ambientada en 2015. En los 60, 70 y hasta 80 y 90 podía colar que Bond se acostase con cualquier mujer solo con un chasquido de dedos, pero en 2015 resulta increíble en una película que aparentemente busca realismo. Y no, esto ya va más allá del sexismo, es un tema de simple coherencia de guión.
Entonces, ¿tan mala es ‘Spectre?
Lo cierto es que no. Como entretenimiento sin más ‘Spectre’ cumple su propósito, solo que resulta todo un bajón si la comparamos con ‘Skyfall’ y muy especialmente con ‘Casino Royale’ (aunque claro, superior a ese descalabro llamado ‘Quantum of Solace’).
¿Tiene puntos a favor? Sí, desde luego. Se agradece que los compañeros en el MI6 de Bond (M, Q, Moneypenny y Tanner) tengan un papel más activo en esta cinta y que los hayan sabido adaptar a los tiempos (especialmente unos Q y Moneypenny muy del siglo XXI). También no hay que restarle méritos a un Sam Mendes que sabe rodar como nadie tanto las escenas de acción como las más dramáticas.
Ahora bien, exceptuando estos aspectos, ‘Spectre’ resulta un desenlace desangelado, con muchas incoherencias, un villano y chica Bond a medio gas y, sobre todo, un Daniel Craig al que se le nota cansado del personaje… ¿Para cuando reinicio con Idris Elba?
Lo mejor
Los fans agradecerán los guiños
La presencia de los aliados de Bond
La maestría de Sam Mendes
Lo peor
Incoherencias argumentales
Un villano y chica Bond a medio gas
A Craig se le nota cansado del personaje
En 2015 ciertas cosas “no cuelan”
¿Has visto ‘Spectre’? ¿A ti que te ha parecido?