Los laureles que está recogiendo el cine español por ‘Lo imposible’ no son gratuitos, para apostar por un proyecto de tales características hay que ir sobre seguro. Algo que ya había garantizado su realizador Juan A. Bayona en su anterior película ‘El orfanato’, no sólo obteniendo beneficios, sino colocándola por sorpresa en el olimpo de recaudaciones españolas en 2006. Poco importó de que se tratara de un refrito bien realizado de cintas similares de género, porque se había encontrado la fórmula para que el público respondiera positivamente y en el negocio del cine, es prácticamente lo que cuenta.
Sin embargo la evolución es tan interesante como importante, no es sencillo recrear un desastre natural como fue el Tsunami que arrasó parte del sudeste asiático en 2004 y convertirlo en un éxito cinematográfico y un filme de garantías sin caer en el ridículo. Si bien es cierto, que existe un claro referente como el de James Cameron con su ‘Titanic’, evidentemente hablamos de divisiones distintas.
Reviviendo la tragedia
‘Lo imposible’ es un film dividido en dos partes bien diferenciadas: por un lado el antes y durante la desgracia, a priori entrando en el núcleo de convivencia de la familia protagonista con los necesarios matices de identificación con los personajes, para después entrar de lleno en “el tour de force” en el que nos sumergimos en primera persona y experimentamos desde dentro el terrible suceso. A partir de entonces somos arrastrados por la ola gigante en un milimétrico ejercicio técnico de extremo realismo en el que nos golpeamos, desgarramos y ahogamos casi al nivel de los protagonistas.
Mérito doble para un excelso equipo técnico que ante los medios que tiene, no abusa del CGI y se las ingenia en todo momento para llevarnos al límite, el filme en este punto nos engancha de lleno, y nos comienza a implicar emocionalmente para no soltarnos hasta el final.
La segunda parte se sitúa en la posterior búsqueda y supervivencia de los protagonistas, una parte del metraje más orientada al melodrama puro y duro, donde las interpretaciones se convierten en parte fundamental y sostienen el equilibrio del film, con un más que creíble Ewan Mcgregor en su rol de padre desesperado y atemorizado, y sobre todo una brillante madre encarnada por Naomi Watts, que muestra fragilidad y fortaleza al mismo tiempo. Un vaivén de sentimientos alimentados por el dolor y la esperanza, las secuelas de las heridas físicas (y psicológicas) en contraposición a la lucha por reencontrar de nuevo a sus seres queridos.
Una gran ola de emociones (forzadas)
Además debemos aplaudir sin dudar el trabajo de cásting de los pequeños actores, ya que no sólo no desentonan en absoluto, sino que dan una lección de interpretación dramática y natural, en especial el hijo mayor interpretado por Tom Holland que demuestra una excelente complicidad con Naomi, fundamental en la credibilidad y veracidad del relato.
Es en esta pieza donde ‘Lo imposible’ deja ver sus carencias, ya que en un afán de control absoluto, pretende encaminar al espectador emocionalmente hablando, es decir, controlar en cada momento cómo y de que manera el público debe reaccionar, con un uso abusivo de técnicas audiovisuales para lograrlo. Hasta cierto punto es comprensible, sin ir más lejos maestros como Steven Spielberg lo dominan a la perfección, pero en exceso, se hace evidente y es molesto, ya que podemos llegar a la reflexión de que sin nos manipulan es porque no quieren que veamos que no todo el monte es orégano.
El otro gran error del filme, y que hubiera sido fácilmente evitable, ya que procede de su departamento de márketing, con un incomprensible cartel principal, un gran “spoiler” que desvela el final de manera totalmente gratuita, y más teniendo en cuenta que la trama juega con el factor intriga alrededor de la búsqueda y supervivencia de los protagonistas. Si bien es cierto que se trata de un hecho verídico, también lo es que no todo el mundo conocía la historia de esta família española. Este hecho supone una decepción mayúscula teniendo en cuenta su maravilloso arranque climático, ya que nos desconecta en un tramo final. De todos modos este detalle no ensombrece las virtudes del cómputo global del film que son bastantes.
Un film español al estilo Hollywood
‘Lo imposible’ es ambiciosa, ya que promete una gran experiencia cinematográfica, y cumple, logrando algunos de los momentos más asombrosos que uno puede albergar dentro de una sala de cine, vivir y sentir una tragedia desde las entrañas de la misma. Además nos regala una historia de superación y con mensaje esperanzador, elementos que la película maneja con destreza y que el público busca habitualmente y casi siempre recompensa.
Bayona se asegura una próspera carrera, demostrando que sabe moverse en las alturas, realizando una superproducción al estilo “made in Hollywood” aunque no lo sea, ecos de una cultura norteamericana que gota a gota cala en nuestro cine.
Mi puntuación: 7