‘La Bella y la Bestia’ en imagen real es uno de los mejores estrenos de este 2017. Es cierto que la maquinaria publicitaria de Disney ha estado a todo gas para promocionarla, pero también que el boca a oreja ha hecho mucho en su triunfo, y es que estamos ante una adaptación muy acertada del clásico de 1991. Aunque la versión de 2017 es un calco a mucho niveles de la original sus creadores han sabido darle suficiente entidad haciendo algunos cambios para adaptarla a los nuevos tiempos y al formato de imagen real.
¿Son acertadas estas diferencias entre la versión original y la de 2017? A continuación te digo las que son, bajo mi punto de vista, las diferencias más acertadas y las que menos entre ambas cintas. Como ves, hay más cosas positivas que negativas, y es que considero que ‘La Bella y la Bestia’ (2017) es una adaptación más que digna de la película original (no con esto digo que sea mejor).
Ojo, si aún no has visto la película de 2017 quizás no quieras leer el artículo, puede contener algunos detalles que se pueden considerar spoilers.
4 cosas en las que ‘La Bella y la Bestia’ (2017) es mejor que la película de los 90
La maldición de la Bestia
En la cinta de 1991 encontramos un prólogo en el que nos cuentan que el joven príncipe y todo su servicio fueron maldecidos por el simple hecho de que el noble fue algo desagradable con una anciana mendiga que llamó a las puertas de su castillo y resultó ser una hechicera. ¿Era para tanto? Si tuviese que maldecir a los que son bordes conmigo a lo largo del día, estábamos apañados…
La cinta de 2017 soluciona mucho mejor este aspecto, con un prólogo en el castillo del Príncipe que muestra el modo de vida de éste, sus antecedentes (el padre poco amoroso, la madre ausente) y por qué determinados miembros de su séquito caen también en el hechizo. Además, entenderemos por qué nadie del pueblo recuerda nada de castillo (y la señora Potts se llevará una agradable sorpresa).
Por si fuera poco, la presencia de la Hechicera es mayor, siendo un personaje que aperece varias veces a lo largo de la película y que hacemucho más lógico que el hechizo se deshaga al final de la cinta.
¿Qué hacen Bella y Maurice en un pueblo de mala muerte?
Otro aspecto que no quedaba claro en la película original es que hacían Maurice, un inventor tan capaz, y su hija Bella, una joven culta, en un pueblo de mala muerte. ¿No tendría sentido verlos en una gran ciudad?
En la película de 2017 estos aspectos quedan aclarados: conocemos quién era la madre de Bella y que llevó a padre e hija a tener que huir de París. Por cierto, Maurice ahora es artesano y no inventor, pero aún así sigue siendo un hombre vivaz y muy diferente al resto de hombretones de Villeneuve. Y viendo lo que fabrica (preciosas cajas de música) es obvio que debe salir del pueblo para vender sus delicadas creaciones.
Bella como icono feminista
Admitámoslo, hasta entrado el siglo XXI las heroínas de Disney no se podían considerar iconos feministas. Mujeres fuertes y echadas para adelante, perdían el sentido cuando conocían al príncipe de turno y se convertían en princesas… ¡Incluso Bella!
Aunque a heroína de la cinta original era una joven culta (siempre a un libro pegada) y algo diferente a los de su pueblo, no dejaba de ser una muchacha romántica como la que más que acababa rendida a los pies del Príncipe. Vale, en 2017 sigue pasando lo mismo y Bella acaba bien casada con su hombre, pero antes hemos podido verla en situaciones que no aparecían en la cinta original.
Para empezar, ha creado una máquina que hace la colada de forma automática, permitiéndole dedicar el tiempo a sus aficiones y a enseñar a las niñas del pueblo a leer, algo de lo que es recriminada en la aldea por lo adultos. Además, que la elegida para encarar a Bella no sea otra que Emma Watson, reconocida feminista, es un punto a favor.
El villano Gastón y su relación con Lefou
En la cinta original, Gastón era un mero cazador con más testosterona que cerebro. Aunque en la versión de 2017 no es un prodigio de inteligencia, su personaje está mucho más trabajado. En esta ocasión es un veterano de guerra, conflicto donde conoció a su inseparable Lefou.
Además, su crueldad no conoce límites, dejando a Maurice, el padre de Bella, en medio del bosque… ¡Menos mal que el hombre tenía que ser su futuro suegro! Está claro que Gastón quedó profundamente trastornado de la guerra, que le dejó secuelas como la falta de empatía o el uso de la violencia para solucionar cualquier conflicto.
Mención aparte merece Lefou. No entraremos en si es o no homosexual (además, ¿alguien duda que en la cinta original ya no estuviese enamorado de Gastón?), sino en la evolución del personaje, desde su devoción a su amigo Gastón hasta su apertura de ojos cuando llegan al castillo de la Bestia.
2 cosas en las que ‘La Bella y la Bestia’ (2017) es peor que la película de los 90
El apartado musical
‘Qué festín’, ‘Bella y Bestia son’, ‘Bella’… canciones como esta son algunas de las más recordadas en toda la historia de las bandas sonoras de Disney. Si bien la cinta de 2017 respeta todos estos temas algunos pierden la frescura de 1991. El caso más claro es ‘Qué festín’: si bien digitalmente se logran maravillas es difícil lograr la espectacularidad de su número en la versión original.
Además, las nuevas canciones para la película no tienen la misma fuerza que las originales. ‘Days in the Sun’, la canción que cantan los sirvientes, es algo desangelada y está lejos del carisma de ‘Ser humano otra vez’, canción que se creó para el musical de Broadway y que se añadió como nueva escena en la versión 3D de ‘La Bella y la Bestia’ que se estrenó en 2010 (haz clic aquí para leer la crítica).
Los criados, algo desaprovechados
Ewan McGregor, Ian McKellen, Emma Thomson, Stanley Tucci (con nuevo personaje)… Con semejante plantel de actores haciendo de sirvientes/objetos de la Bestia era difícil que las cosas fuesen mal. Sin embargo, y aunque tienen sus escenas de lucimiento, la servidumbre está algo desaprovechada.
Tampoco ayuda su diseño, que alejado del estilo obviamente “cartoon” de la cinta original, se ha querido hacer algo más realista, haciendo que los personajes pierdan algo de expresividad. Tiene sentido pues en esta versión los objetos van perdiendo poco a poco su humanidad, pero aún así las comparaciones son odiosas y no hay color entre el Lumiere de 1992 y el de 2017, por mucho que le ponga voz Ewan MGregor, actor al que adoramos.
¿Qué te ha parecido la versión de 2017 de ‘La Bella y la Bestia’? ¿Mejor o peor que la original?