El regreso de ésta mítica franquicia post-apocalíptica, podría darnos a pensar que se trata de otro intento a la desesperada del cine contemporáneo por repescar viejas fórmulas de éxito, ante la evidente falta de ideas y nuevos mitos. Sin embargo, tras ver el resultado final con ésta nueva ‘Mad Max: furia en la carretera’ podemos afirmar que estamos ante una maravillosa excepción dentro una tendencia cada vez más próxima a la mediocridad cinematográfica.
Ésta saga no sólo popularizó la figura de Mel Gibson como héroe de acción, sino que además sirvió al realizador australiano para asombrar con un estilo técnico moderno e innovador, convirtiéndose en todo un referente del cine post-apocalíptico posterior.
Una obra “mancillada” por su propio creador
¿Y qué hace a ‘Fury Road’ tan especial?. Pues varias cosas, principalmente el regreso por todo lo alto de su autor original, un ya veterano George Miller (70 años) que en su momento ya cimentó toda una saga y la conoce perfectamente como para saber las licencias que puede tomarse y los guiños que usar, que seguro los fans saben apreciar.
Otro motivo sin duda es que la saga se ha oxigenado lo suficiente en el tiempo cómo para que la aparición de una secuela (o reboot, según se mire) no sea sospechosa.
Miller, no sólo demuestra no haber perdido el pulso sino que además se ha adaptado perfectamente a los “cánones” del cine actual pero respetando el espíritu de los filmes clásicos. La mezcla es tan deliciosa cómo explosiva ya que por un lado somos testigos a una gran cantidad de momentos de acción tan visuales como apabullantes, propios de cualquier “blockbuster”, pero con escenas realmente sorprendentes (por su originalidad).
Los efectos siempre están bien integrados y con un “modus operandi” a nivel técnico que no olvida sus orígenes: con persecuciones frenéticas en dónde se evidencia el buen hacer de los coreógrafos, especialistas, el talento del director de fotografía y una perfecta sintonía con la música, orquestada por Junkie XL.
Acción frenética pero bien ejecutada
Y es que es en las escenas acción dónde se sustenta el éxito de ésta nueva ‘Mad Max’, ya que estos momentos ocupan gran parte del metraje (y el presupuesto…), pero se trata de una acción entendible, realista y adictiva, lejos de producciones similares. En ese sentido el director australiano reivindica sus canas y da un puñetazo encima de la mesa, demostrando que a veces acomodarse en el CGI no siempre ayuda.
Sin embargo el exceso de escenas de persecución condiciona al libreto y aunque siempre son brillantes, lo cierto es que la cinta hubiera agradecido un mayor equilibrio y líneas de diálogos, además el guión se distancia de filmes precedentes al no dar esa sensación de escasez de recursos naturales, ya que el derroche y abuso de gasolina de la que hace gala el largometraje es tremenda.
A nivel de reparto, a pesar de contar con buenos actores/actrices a los que se les ve implicados completamente en el proyecto, los personajes están definidos a brocha gorda, estando demasiado estereotipados. Quizás sea del todo premeditado, ya que favorece a un misticismo cercano al cómic retro-futurista/ cyberpunk, pero es un hecho que no ayuda al espectador a comprender las acciones y motivaciones de sus protagonistas.
Max es “menos” Max
Tom Hardy, actor en alza, más allá de su exhibición como intérprete físico, no aporta nada nuevo al Max Rockatansky que nos dió a conocer Mel Gibson, y es esa guerrera “Furiosa” de Charlize Theron el personaje con el que más se puede empatizar durante el metraje, la actriz sudafricana se convierte en la típica secundaria “robaplanos” que ofrece un contrapeso fundamental al relato.
El resto de secundarios cumplen perfectamente, mención aparte para un villano, Inmortal Joe (interpretado por Hugh Keays-Byrne), tan icónico o más como los grandes antagonistas del séptimo arte y su ejército malsano de “medio-vivos” (cuales fanáticos vikingos), enloquecen en su particular búsqueda del Valhalla. Y es en este punto dónde se puede destacar el grandísimo trabajo para el equipo de diseñadores artísticos y maquillaje, que dotan a la obra de ese “factor X” que hace que se quede por mucho tiempo grabada en la retina.
Abróchate el cinturón y disfruta del show
En conclusión, éste nuevo ‘Mad Max’ es todo adrenalina, un espectáculo monumental que aunque derrapa en su libreto y no da para grandes reflexiones, sí que consigue algo importante: adelanta y sorprende al espectador curtido en mil batallas y captar la atención de las nuevas generaciones, que desembarcan del mundo del videojuego, y tan acostumbradas están a los excesos digitales.
Lo mejor:
- George Miller, un veterano que ha sabido renovarse y vuelve a demostrar su talento varias décadas después.
- El poderío del diseño artístico, todo un homenaje al cómic pulp-cyberpunk.
- La originalidad y espectacularidad de las persecuciones.
Lo peor:
- Personajes sin demasiados matices, en especial Max.
- Un guión plano, aunque no previsible.
- Se pierde el aire “austero” de sus predecesoras, aunque no pierde el espíritu.
Título: ‘Mad Max: Furia en la carretera’
Género: Acción
Director: George Miller.
Reparto: Abbey Lee, Charlize Theron, Debra Ades, Hugh Keays-Byrne, Josh Helman, Megan Gale, Nathan Jones, Nicholas Hoult, Richard Norton, Riley Keough, Rosie Huntington-Whiteley, Tom Hardy y Zoë Kravitz.
Guionistas: George Miller, Brendan McCarthy, Nick Lathouris.
Productora: Village Roadshaw Pictures, Kennedy Miller Productions.
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