Removiendo en la memoria, en mis recuerdos de niñez, también había ratos para el cine. Por entonces las ‘Rambo’, ‘Depredador’ y/o ‘Jungla de cristal’ eran las mejores películas del año y sus héroes de acción los mejores actores del momento, poco importaba la calidad artística de estos filmes y si tenían o no moralina. Recuerdo que en aquellas pausas escolares, uno de nuestros pasatiempos favoritos era fantasear cómo sería una película que reuniera a todos estos super-hombres para enfrentarse a un mal común. (En nuestro imaginario la cinta se titulaba ‘Los barrenderos’, pero eso es harina de otro costal).
Silvester Stallone, (algunos años más tarde) parece que nos leyó el pensamiento, y en su resurrección artística tras las últimas entregas de ‘Rambo’ y ‘Rocky Balboa’, rindió un gran homenaje a toda una generación, convirtiendo el sueño en realidad con el estreno de ‘Los mercenarios’, una cinta de acción ochententera con los pros y contras de la época, un diseño artesanal, pero realizada con corazón y sin florituras, ofreciendo al personal un divertimento innegable y sobre todo reuniendo (¡por fin!) a todos esos viejos rockeros del cine “actioner” que tanto nos hicieron disfrutar en nuestra infancia.
Esta secuela tiene un gran handicap, ya que pierde el factor sorpresa y/o novedad de la primera entrega, algo que a priori podría convertirla en prescindible y además elimina del reparto a un magnífico actor como Mickey Rourke. Una vez el sueño está cumplido, las expectativas se reducen… a menos que te den, más y mejor. Dicho y hecho.
Sobredosis de músculo y… ¡más madera!
¿De qué manera? usando las mismas fórmulas e incorporando al casting de “All Stars” al castigado Jean Claude Van-Damme (que tuvo su propia redención con la estupenda ‘JCVD’) como villano de la función, al mitíco Chuck Norris en un maravilloso cameo como lobo solitario y una mayor participación de pesos pesados del celuloide como son Arnold Schwarzenegger o Bruce Willis.
Además Sly cede los mandos de la dirección a un realizador del género como Simon West (‘Con Air’, ‘The mechanic’), una decisión inteligente y que no perjudica el producto final, sino todo lo contrario, con escenas espectaculares (explosiones, tiroteos, persecuciones) mejor construidas y con idéntico sentido del ritmo que su antecesora.
Además en ‘Los mercenarios 2’ también se tiene en cuenta a las nuevas generaciones, no sólo por la participación de los contemporáneos Jason Statham (‘Crank’) o de Liam Hemsworth (‘Los juegos del hambre’), sino por una narrativa visual que mezcla con éxito el estilo visto en videojuegos bélicos tipo ‘Call of Duty’ o ‘Battlefield’ con la del cine de músculo añejo.
Acción al máximo pero con sentido del humor
Una combinación ganadora a la que además hay que añadir dos factores: una evidente complicidad entre actores y una gran dosis de auto-parodia, (el film está plagado de frases auto-referenciales) que le dan ese aliño de comicidad perfecto que quizás no resultó tan obvio en la primera entrega y que en esta, le da un plus que compensa la simpleza de su guión, la absoluta falta de veracidad, y si queremos, contrarresta de golpe el tufo fascistoide y pro-bélico que siempre se intuye en este tipo de pelis (igual que los de antaño).
Sabemos que ‘Los mercenarios 2’ (‘The expendables 2’ es su título original) no es una grandísima película, no la veremos en la carrera por ninguna estatuilla, ni siquiera se tendrá en cuenta entre los filmes más destacados del año. Sin embargo consideramos que, al igual que ya comentamos curiosamente con un film opuesto como ‘El árbol de la vida’, cintas como esta son necesarias y ocupan un espacio dentro del mercado cinematográfico (no en vano, ya se piensa en una tercera parte).
Películas como esta, nunca nos sobran
Estamos ante una “action movie” de las de antes, un divertimento honesto, quizás estúpido, pero sin complejos y que se enorgullece y a la vez sabe reírse de sí misma.
Al fin y al cabo, esos niños que jugábamos a las películas hemos crecido, algunos quizás hemos/han madurado, pero que, a golpe de nostalgia siempre que podemos buscamos cualquier excusa para volver a la infancia.
Mi puntuación: 6,5
da muy bien