Los Miserables. Opinión

 

Los Miserables

En general, el público que sale del cine de ver ‘Los Miserables‘ lo hace con una buena sensación: ha quedado extasiado por un impresionante plantel de actores cantantes y por la emocionante (y más vigente que nunca) historia que gestó Victor Hugo hace 150 años ¿Acaso importa que la trama de la estupenda novela esté simplificada y dulcificada hasta el extremo? No desde luego para el público acostumbrado al teatro musical, el mismo público que no tiene reparos en visionar una obra casi sin diálogos, y es que las normas de este género cuando las conoces o las aceptas o te vas por donde has venido.

Eso sí, si bien ‘Los Miserables’ cumple ciertas normas básicas del teatro musical rompe la de su adaptación habitual en cine, gracias a -o por culpa de, más bien- una extraña dirección de Tom Hopper, o más que rara la que no esperas ver en un musical ¿Dónde están esos planos abiertos donde se nos muestra la inmensidad de la acción?

Al salir del cine, el público medio no habla de la extraña puesta en escena de esta versión, pero es un hecho que allí está y hace que el espectáculo que esperamos ver lo sea solo a medias. La dirección cercana al melodrama clásico que imprime Hopper -planos muy cortos y de seguimiento de los personajes- funciona de maravilla en los tramos más íntimos -por ejemplo, en todas las escenas de Anne Hathaway- pero resulta fallida, o por lo menos decepcionante, en  números como ‘One Day More‘, clímax revolucionario de la historia donde hubiese esperado ver mayor magnificencia más allá de dos planos de la barricada de turno.

Los Miserables

Una dirección que apuesta por la capacidad de sus intérpretes

Que Hopper haya decidido romper las normas del musical clásico -planos abiertos, grandes coreografías, atención por el global y no por el detalle- no es malo de por sí, pero choca ante la adaptación de una obra tan faraónica en el teatro como es ‘Los Miserables’.

Quizás el director ha optado por esta dirección para dejar toda la responsabilidad del éxito de la película a sus protagonistas. Si su objetivo era ese, ha salido victorioso. Hugh Jackman está soberbio como Jean Valjean, Anne Hathaway nos pone los pelos de punta como Fantine y los secundarios como Amanda Seyfried, Eddie Redmaine, Samantha Barks o el pequeño Daniel Huttlestone,  lucen gloriosos. Quizás la excepción ante tanto talento es un Russell Crowe que a nivel vocal anda más justo que sus colegas, pero que salva su limitación con una buena interpretación y muchas tablas, lo que lo convierte en un villano de lo más digno, una correcta némesis del antihéroe Valjean.

Los Miserables

Una flor que no hace verano

La época dorada del musical murió hace décadas, porque los tiempos cambian y hacen falta nuevos referentes. Podría ser uno de ellos ‘Los Miserables‘, pero está claro que la industria no se atreve a producir tantos musicales como antaño. Una pena, quizá, pero compensa que el género nos llegue en cuenta gotas si podemos disfrutar a flor de piel con obras como las que hoy nos ocupan.

Mi puntuación: 8

 

 

Comentarios de Facebook

2 comentarios sobre «Los Miserables. Opinión»

Deja una respuesta