Posesión infernal (Evil Dead). Opinión.

 

Captura de Evil Dead

 

Por norma general cuando nos llega un nuevo “remake“, tiro absolutamente de prejuicios y se me antoja como un ejercicio de visionado innecesario y consecuencia directa de una falta de ideas y originalidad propios del cine norteamericano actual. Más aún en el género de terror, donde el término ha cogido su máxima expresión (salvo alguna excepción como algún filme de James Wan o Rob Zombie).

En Hollywood viven de rehacer grandes producciones de terror oriental y re-formular clásicos propios, y desgraciadamente ultimamente hemos asistido al infructuoso re-estreno de las ‘Halloween’, ‘Matanzas de Texas’ y ‘Pesadillas en Elm Street’ (Michael Bay apadrinó algunas de ellas), entre otras producciones míticas que brillaron y asustaron en los años setenta/ochenta. Remakes que a pesar de su rentabilidad, no aportaron nada a las originales que no aportaran sus lamentables secuelas.

Con tales antecedentes era inevitable que alguien se atreviera a profanar ‘Posesión Infernal’ (‘Evil Dead’), la cinta de 1981 que descubrió al mundo cinematográfico al realizador Sam Raimi (trilogía ‘Spiderman’, ‘Arrástrame al infierno’) y que con los años se convirtió en una trilogía de culto  y a su protagonista Ash (Bruce Campbell) como un auténtico icono del anti-héroe, un personaje casi salido de las viñetas de un cómic, y no de la gran pantalla.

 

Captura de Evil Dead

El nuevo realizador respeta el espíritu de la clásica

Sin embargo fue el propio Raimi quien se encargó de tal propósito ejerciendo como productor y nombrando al desconocido realizador uruguayo Fede Álvarez como sucesor, tras tan sólo brillar con su corto Ataque de pánico exhibido únicamente en la red. Y es que siendo honestos a la mítica Evil Dead se le notan las canas, y a pesar de conservar todavía ese espíritu burlón y macarra, ya no aterroriza como antaño. (De hecho pasó bastante desapercibida en su reestreno en cines en su 25 aniversario).

¿Esta nueva ‘Posesión Infernal’ da realmente miedo? Si, no lo vamos a negar. No es un terror de calado, pero si muy efectivo en pantalla. Se nota el esfuerzo de Fede Álvarez por conseguir un producto por encima de la media, siendo obvio su respeto y cariño al trabajo original (existe más de un guiño), pero a la vez se denota su pasión y ganas de dejar huella.

Lo consigue sobre todo tomándose en serio la historia que tiene entre manos y logrando una ambientación muy inquietante cercana a su homónima de 1981, atrapando al espectador casi desde el principio (atención al prólogo). Y eso a pesar de un guión no del todo brillante, con más de un cliché y pocas sorpresas, pero que exprime con inteligencia.

 

Captura de Evil Dead

Propuesta valiente y sangrienta al máximo nivel

Y es que no deja de ser la típica historia de terror de jóvenes sin demasiadas luces encerrados en una cabaña en el bosque, pero esta vez, los personajes no son del todo planos y tienen un motivo de peso para estar allí y para quedarse después del supuesto conflicto. Eso sí, el protagonista es de lo más soso, anti carismático. Ash no tiene sustituto posible.

Pero si por algo triunfa esta actualización del clásico (sobretodo para deleite de los fans) es por su osadía y valor en no auto-censurarse, (algo que en su momento ya hizo Raimi en los ochenta) la dirección tiene el suficiente nervio, el suspense del filme va in-crescendo hasta un último acto en el que el director no se corta en absoluto y cuando se desatan las posesiones, se apuesta por un festival de horror sanguinolento, donde no se escatima para nada, ofreciendo al espectador escenas de lo más desagradable con una sobredosis de violencia de lo más explícita y no apta para los más sensibles.

Recuerda en su fondo a cintas de horror oriental (en especial el coreano, las obras de Park Chan wook ‘Sympathy for lady vengeance’ o Kim Ji-woon ‘Encontré al diablo’), influencias muy a tener en cuenta. Lo mejor de todo es que no sólo no se abusa, sino que apenas se aprecia el uso del ordenador, reivindicando claramente la parte más artesanal del género (serie B), destacando el excelente trabajo de los técnicos, en especial de los maquilladores.

 

Captura de Evil Dead

Ojalá todos los remakes fueran así

En conclusión, este lavado de cara no le ha sentado mala a la añeja ‘Posesión infernal’ de Sam Raimi. Ofreciéndonos una versión más seria, pero igual o más salvaje y gamberra que su hermana mayor, mirándola a la cara sin complejos y reclamando su espacio en las “fanmovies” para esas lúdicas noches de horror y fantasía al más puro estilo Sitges Film Festival.

P.D: Para los que esperan “el cameo”, esperad al final de los créditos.

Mi puntuación: 7

 

 

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