Sitges 2010: ‘La criada’ (2010). Opinión

 

Cartel

‘The Housemaid’ (‘Hanyo’ ) es un melodrama con toques de intriga dirigido en Corea del Sur por Kim Ki-young en 1960. Según Martin Scorsese es una película de culto que ningún cinéfilo debería perderse; por desagracia, el cine coreano ha llegado tarde y en contadas dosis a Occidente, y esta pequeña joya apenas es conocida por el gran público. Os animamos encarecidamente a buscarla y verla, pero de momento podemos disfrutar del remake que en 2010 ha dirigido Im Sang-soo, cineasta que ni tan siquiera había nacido en elaño que se estrenó la película original. Más allá de las interesantes aportaciones del género fantástico, ‘La criada’ se trata de una de las grandes producciones de este Festival de Sitges 2010.

‘La criada’ es la historia de la nueva sirvienta y niñera contratada por una acomodada familia. Aunque su estancia en la casa empezará de manera idílica, la situación se complicará cuando inicie un affaire con su jefe. Pronto se enterarán todas las féminas de la casa: la esposa embarazada de gemelos, su pérfida madre y la veterana ama de llaves del hogar, que parece conocer todos los secretos de esta familia burguesa.

El punto de partida de ‘La criada’ podría desembocar fácilmente en el clásico drama de folletín, pero tanto en la versión de 1960 (próximamente haremos un análisis más detallado de ésta) como en la que nos ocupa estamos ante un melodrama donde los personajes actúan con muy malas intenciones, haciendo que estemos más cerca del thriller que de la película costumbrista. El director, en la presentación del filme, reconoció las influencias de Hitchcock, y por descontado están, con un tono, unos personajes y, hasta una casa que, si no tenemos en cuenta que estamos en otra época y otro lugar, recuerdan a ‘Rebeca’, ‘Encadenados’ y otras grandes películas del maestro del suspense.

 

La Criada
Do-yeon Jeon and Woo Seo en ‘La criada’ (2010)

Im Sang-soo cuida cada detalle del filme

Con una puesta en escena lujosa, elegante y un tanto barroca, esta ‘The Housemaid’ logra que nos mantengamos en vilo todo el metraje: sabemos que puede (y va) a pasar lo peor, el tema es cuándo y cómo. Para ello, Im Sang-soo, utilizará detalles que no darán pistas y aprovechará el potencial de sus actores, en especial una estupenda Yoon Yeo-jeong (hace unos meses la vimos en ‘The Actresses’) en el papel del ama de llaves, el más ambivalente de toda la función.

A pesar de su belleza estilística, de sus adecuados momentos de tensión y de ser una película, en general, entretenida, en esta versión de 2010 hubiésemos esperado un poco más de riesgo, más allá de incluir secuencias sexuales que no estaban en la original. Sí, los personajes –en especial la mujer de la casa y su malintencionada madre- desprenden mala baba, pero se podría haber sacado un poco más de partido de ello, en detrimento de algunas escenas que nos muestran a la protagonista inmersa en su locura. Y es que, más que conseguir que odiemos a sus antagonistas, parece que Im Sang-soo quiera que nos pongamos del lado de la pobre sirvienta, sin duda, una víctima de los caprichos de la clase alta.

Y es que esta es la gran diferencia de la producción de 1960 con la de 2010. Si la original pretendía actuar como panfleto anti-adulterio, la actual deja de lado este elemento aleccionador y nos habla del choque de clases sociales, de lo injusta que es la vida de la gente de clase trabajadora por culpa de una burguesía que ve cumplidos todos sus caprichos a costa de sus empleados o subordinados. Ahí queda ese epílogo en principio inconexo, pero que viene a demostrar eso, que cierta gente de clase alta se comporta como niños caprichosos con juguetes, y estos juguetes no son otros que los que están por debajo de ellos, simples herramientas para su distracción.

 

La señora de la casa y su madre

Un filme notable pero no aporta nada nuevo al original

Puede que ‘La criada’ sea una de las aportaciones no fantásticas más interesantes del Festival (en la proyección a la que asistí, el público salía bastante convencido). Su puesta en escena es muy bella, su tensión malsana no decae en casi ningún momento y tiene un mensaje claro y contundente. Su único problema es que versiona un filme demasiado mítico y, como decía, en la versión de 2010 esperábamos ver un poco más de atrevimiento, superar más la crueldad que se muestra, rizar un poco más el rizo de lo que es capaz de hacer el odio y la envidia humanas; Im Sang-soo ha estado muy, muy cerca de lograrlo.

 

Mi puntuación: 8

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