Sitges 2011: ‘3D Sex and Zen: Extreme Ecstasy’. Opinión

 

3-D Sex and Zen: Extreme Ecstasy

 

Todo país tiene su ‘Torrente’, esa película de demostrada ínfima calidad artística pero que es una auténtica revienta taquillas por sus altas dosis de violencia, sexo, comedia zafia, vistosos efectos especiales… o todo a la vez. ‘3D Sex & Zen’ podría ser el ‘Torrente’ (salvando las distancias) de los espectadores chinos.

‘3D Sex & Zen’ es el retorno de una saga cuya última entrega llegó hace 11 años y que era una acertada mezcla de todo lo que un espectador puede desear para despertar sus sentidos: sexo, drama, artes marciales y dosis de la comedia más desenfrenada. Todo esto tiene el reboot de la saga, en un acertado 3D. Sin embargo el resultado es bastante flojo.

Los primeros compases de ‘3D Sex & Zen’ son los de una divertida comedia sobre las andanzas sexuales de un joven matrimonio. Los intentos del protagonista por satisfacer y satisfacerse y su primero inclusión en la Torre de los Deseos, que vienen a ser la primera media hora de película, se traducen en una comedia de humor al estilo ‘Kungfu-sión’ y con secuencias lúbricas que excitarán al más pintado.

3-D Sex and Zen: Extreme Ecstasy

Erotismo que coquetea con lo absurdo

El problema viene después, cuando la comedia desmadrada lo es demasiado, la trama se diluye para mostrar escenas de sexo que acaban cansando y la película se recrea demasiado en la parte menos lúdica del arte amatorio, con torturas a tutiplén. Exceptuando algún gag impagable –cierta operación, la primera aparición del viejo sabio- ‘3D Sex & Zen’ se convierte en un festival del sinsentido, una historia sin pies ni cabeza que, para postre, intenta remontar casi al final con la explicación de por qué el villano hace lo que hace. Esta explicación está introducida con calzador, ya que tiene que ver con algo que se dijo al principio de la película y a lo que pocos espectadores prestarían atención –y más los de un festival cuya lengua materna no es el chino y todavía se están ajustando las gafas.

En definitiva, de ‘3D Sex & Zen’ no se puede esperar una gran película, pero sí exigirle algo más de coherencia y no sólo una encadenación de escenas que van de lo sexy a lo grotesco, de lo hilarante a lo ridículo, sin demasiado conexión entre ellas.

Si no la puntúo más bajo es por un atractivo diseño de producción, un 3D acertado, el toque de lucidez de las primeras secuencias y ciertas escenas eróticas que cumplen con su cometido.

 

 

Mi puntuación: 3

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