Sitges 2013: Byzantium. Opinión

Captura de 'Byzantium'

 

Tras brindarnos hace casi 20 años la estupenda ‘Entrevista con el vampiro‘, el irlandés Neil Jordan regresa al cine de chupasangres con ‘Byzantium’, que hemos podido ver en Sitges 2013. Este filme protagonizado, por una pareja de jóvenes (en aspecto) vampiresas, se me antojaba más como una nueva ‘El ansia’, pero me he encontrado algo más parecido a ‘Déjame entrar’.

‘Byzantyum’ comparte con ‘Déjame entrar’ un realismo sucio: Clara y Eleanor (unas fantásticas Gemma Arterton y Saoirse Ronan) son dos pobres buscavidas que malviven en apartamentos ruinosos y sobreviven a base de trabajos no muy bien vistos por la sociedad, y es que tienen dos losas: no sólo son vampiresas, con el problema social y alimenticio que eso supone, sino dos mujeres jóvenes solas en un mundo hostil. Así, Jordan nos muestra una cara poco glamourosa del hecho de ser un no-muerto: aquí no hay lujosos palacios ni orgías de sangre, sino hoteles ruinosos y ataques repentinos a chulos o a enfermos terminales.

 

Captura de 'Byzantium'

 

La historia de dos vampiresas

Aunque comparten modus vivendi, la manera de asumir su condición es muy diferente para Clara y Eleanor. Si bien la primera hace uso de sus armas de mujer sin complejos (nunca hemos visto tan sexy y voluptuosa a Arterton) la segunda actúa de la manera propia de una chica de 16 años a pesar de tener más de 200: esto la alejada de la otra vampiresa niña de Jordan, la Claudia de ‘Entrevista con el vampiro’, una mujer con deseos y sentimientos adultos atrapada en el cuerpo de una niña de 10 años.

Pero este retrato de personajes es solo el principio: ni Clara es solo una femme fatale ni Eleanor una jovencita avergonzada de lo que debe de hacer su compañera para que ambas sobrevivan. Sus caracteres evolucionarán en el filme mientras vamos conociendo su pasado y cómo se convirtieron en vampiresas.

 

Captura de 'Byzantium'

 

Un guión repleto de giros bruscos

A pesar de este relato en dos tiempos, Byzantium no tiene grandes giros de guión, pues su gran sorpresa la conoceremos a mitad de metraje (y es posible que la hayamos deducido mucho antes). De esta forma su acierto es el retrato de personajes y la concepción que nos da del vampirismo: una acto de liberación espiritual, algo así como conocer el secreto de la caverna de Platón pero, eso sí, por un alto precio.

Si hay que poner peros a ‘Byzantium’ son, básicamente, algunas de sus resoluciones, demasiado facilonas y muy propias del cine de acción más vulgar, aunque entiendo que Jordan busca un público amplio y por eso cae en lugares comunes del género. Además, algunas acciones que ocurren a nuestras heroínas suceden por demasiada casualidad: un vuelta más a su guión no le habría ido del todo mal.

A pesar de estos flecos, ‘Byzantium’ mantiene bien el tipo gracias al carisma de sus dos protagonistas y a unas bellísim puesta en escena, así como a un alegato feminista que no habíamos visto antes en una película sobre vampiros.

 

Captura de 'Byzantium'

 

Para fans del género vampírico

Por todo ello, lo nuevo de Neil Jordan es un imprescindible para todos los amantes del cine vampírico que busquen algo lo más alejado posible a las muestras del género que se nos han brindado en los últimos años, por culpa del éxito de determinadas sagas literarias.

 

Mi puntuación: 7.5

 

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