Un psicópata que comete retorcidos crímenes sin una conexión clara. Un detective de la policía tan talentoso en su trabajo como poco ortodoxo, además de pésimo padre y esposo. Terror, traumas del pasado y violencia bajo el cielo lluvioso de una gran ciudad. ¿Te suenan estas premisas, no? Son clásicas del psycho-thriller, y lo que encontramos en ‘Museum’, adaptación del manga del mismo título de Ryosuke Tomoe.
Siguiendo el manual clásico del thriller con asesino en serie
Efectivamente, ‘Museum’ no es una rara avis en el género del cine negro. Su director, Keishi Ohtomo, ha decidido emplear todas las constantes del género desde ‘Seven’ y utilizarlas con precisión en su película. Esto hace que su película a ratos funcione y a ratos no tanto.
Precisamente la obra maestra de David Fincher es la principal fuente de inspiración de esta película, y lo que nos hace estar pegados a la butaca durante su primera hora. Los crímenes del misterioso asesino enmascarado podrían ser obra de aquel sádico John Doe: aquí no se basan en los pecados capitales del cristianismo pero sí en taras propias de la sociedad moderna. Hay sangre y casquería, pero la necesaria para ilustrar esta serie de crímenes que el sufrido protagonista investiga en las calles de Tokio.
A pesar de esta clara influencia del thriller norteamericano de los 90 no se puede negar que ‘Museum’ es una adaptación de un manga. Así, si bien el tono del relato es realista, no escapa a una o dos “sobradas”, momentos en los que el protagonista o su antagonista parecen auténticos “superman” que resisten a toda clase de golpes.
También se nota su raíz literaria en las voces en off que se utilizan: no solo la del protagonista, algo clásico del cine negro, sino la de determinado personaje, ya en el final de la trama, que nos da un apunte, quizá innecesario… ¿por qué, si hasta entonces la película nos trató como adultos?
Del ritmo trepidante al sopor (con litros de sangre)
‘Museum’ tiene una primera hora interesantísima, en la que se conoce la intención del asesino y en la que el ritmo del metraje es ligero, gracias a la sucesión de crímenes y la recolección de pistas. Sin embargo el espectáculo decae en su segunda parte.
Por un lado, por remarcar demasiado el drama del personaje protagonista (¿cuántos detectives con los mismos dramas que el de este conocemos?). Por otro, por un desenlace que si bien nos hace mantenernos en tensión (con una mezcla de ‘Saw’ y ‘El silencio de los corderos’), se estira como un chicle y cuenta con reiteraciones que solo sirven para darnos cuenta de que el psicópata no es un personaje tan redondo como podría haber sido y que pierde toda la inteligencia que llevaba demostrando en la hora y media anterior.
Estos dos ritmos de ‘Museum’ hacen que, en conjunto, sea un thriller adulto, con una buena atmósfera y angustioso en algunos momentos, pero a la vez no consiguen dejarnos ese poso malsano, tan malsano como algunas escenas desagradables (pero necesarias) que hemos visto durante la película. Entretenido, sí. Cautivador, no.
Lo mejor
El ritmo de su primera hora de metraje
La “originalidad” de los crímenes
Los primeros encuentros entre el asesino y el protagonista
Lo peor
Un clímax muy estirado
Hacia el final el personaje de asesino pierde interés
No es necesario reiterar tanto lo mal marido y padre que es el protagonista
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