Resulta complicado para mí realizar una opinión sobre un film como ‘Super8’, teniendo en cuenta que soy de la generación “Beta y VHS”. Grababa cortos en videocámara con mis amigos y me crié y eduqué en cine(y en la vida) ayudando a huir al pequeño y simpático E.T. a su lejano planeta, buscando un tesoro pirata con ‘Los Goonies’, tarareando la pegadiza melodía de la nave alienígena de ‘Encuentros en la tercera fase’, no alejándome de la orilla del mar en vacaciones después de ver por primera vez ‘Tiburón’ o impresionándome al ver en pantalla grande la aparición del Tiranosaurio Rex de ‘Parque Jurásico’. Todas ellas, de la factoría Amblin de Steven Spielberg y que inspiran profundamente cada minuto y cada línea de diálogo del nuevo film de J.J. Abrams (‘Perdidos’, ‘Mision Imposible III’, ‘Star Trek XI’).
Y es que era inevitable que con semejante binomio entre dirección y producción, se generaran altísimas expectativas. Y por desgracia no todas se cumplen… El film tiene varios ases en la manga y triunfa en su ejercicio de reivindicar el género de cine para niños (recordamos con anhelo cintas como ‘Una pandilla alucinante’,‘Cuenta conmigo’ o ‘Exploradores’). Acierta en el casting infantil (los críos son entrañables y creíbles, con los que te puedes identificar, sobre todo los protagonistas Joel Courtney, Ryley Griffiths y Elle Fanning).
La película destila la suficiente nostalgia para atraer la curiosidad de todo tipo de público, homenajeando con mucho cariño clásicos setenteros/ochenteros de la ciencia ficción que seguramente también influyeron a Abrams en su juventud, encumbrado (en exceso) tras el rotundo éxito de la serie ‘Perdidos’.
Uno de los herederos naturales de Spielberg
Es innegable que el director de Nueva York tiene talento tras las cámaras, ofreciendo imágenes para el recuerdo (como el accidente ferroviario), buen sentido del ritmo narrativo, la mezcla de géneros y un excelente uso del misterio como hilo conductor de la trama. Virtudes que ya explotó hasta la saciedad en la ya mencionada serie de culto, pero como en la misma, deja demasiadas preguntas sin respuesta.
A la producción le sobran ciertos abusos de la tecnología actual (que de algún modo, la convierten en pretenciosa), cosa que una cinta de estas características, es cuanto menos cuestionable, ya que uno de los méritos del cine de esta época era que ante la falta de medios, sobraba la imaginación. No podemos sin embargo dejar de mencionar la excelente labor del director de fotografía Larry Fong y la evocadora música de Michael Giacchino.
Sin embargo el continuo homenaje que supone ‘Super 8’ roza en muchos momentos el concepto “refrito”, debido a que se aprovecha de las licencias del género y la buena predisposición del espectador (sobre todo el adulto), para acomodarse en el referente sin aportar nada nuevo, y ofrecer escenas inverosímiles y previsibles, acompañadas de diálogos en algunos momentos excesivamente dulcificados, (un dudoso legado también del maestro Spielberg) y la cinta se enreda cuando se va por el camino de las relaciones filio-parentales de los protagonistas.
La nostalgia no lo es todo
La historia pierde fuelle en cuanto se pierde el misterio y se van resolviendo los enigmas, sobre todo tras la aparición de la criatura en el último tercio, que desemboca en un final atropellado y con magia a cuentagotas.
Ha pasado el tiempo… y se nota, y aunque el esfuerzo de Spielberg y Abrams por resucitar cine de género es plausible, (y por ello les doy las gracias), se han quedado a medias. Entre otras cosas porque los que intentamos ver la película con los ojos de un niño y gozamos de aquel maravilloso cine añejo que emanaba ilusión e inocencia (llámenos “freaks”), la podemos llegar a disfrutar, ya que tiene todos los elementos que adoramos (ciencia-ficción, extraterrestres, niños aventureros, zombis).
Sin embargo el prozac de melancolía (y la edad) no nos impide ver, cierta impostura y producto prefabricado y dejar de ser críticos, y aunque no dudamos de su éxito en cartel, no sabemos si sabrá llegar a las nuevas generaciones, limitando su éxito a un espectador que sabe, que aquella época (que sigue en nuestros corazones), voló lejos y no volverá.
Mi puntuación: 6,5
Por cierto, imprescindibles los magníficos títulos de crédito finales, que hacen que salgamos de la sala de cine con una sonrisa en los labios.
pienso verla
Buen comentario. Mi opinión y puntuación coinciden bastante. “Super 8” es una película para ver pero no es “E.T.” ni “Los Goonies”. Tiene buenos momentos pero chirría alguna cosa.
Estoy de acuerdo con gran parte de li que dices. Además, me he quedado con la sensación de que para evitar un metraje excesivo de la peli, han dejado escenas a medias, dejando diálogos i situaciones colgados.