The Amazing Spider-man. Opinión

Reconozco que no daba un céntimo por este nuevo filme del “trepamuros”. Después del bajón que supuso la ridícula tercera (que hasta la aparición del simbionte estaba siendo un film decente, después se convirtió en desastrosa), no quería ver al hombre araña por un tiempo (y pienso que era sano para todos, que se oxigenara el personaje). Pero claro, Sony tenía otros planes y en vistas que iba a perder los derechos del personaje,  haciendo oídos sordos a las críticas, se pusieron manos a la obra con la cuarta parte teniendo en cuenta el éxito absoluto en taquilla de la franquicia.

Sin embargo el “alma matter” del proyecto, su director Sam Raimi, estaba quemado y su protagonista Tobey Maguire, no estaba nada convencido. Además el realizador de ‘Arrástrame al infierno’ no quería influencias externas como pasó con la tercera entrega en la inclusión con calzador de Venom, así que abandonó el barco. De este modo, Sony descartó la idea de una nueva secuela, sustituyéndola por un reboot (reinicio) más orientado a las nuevas generaciones, aunque fuera tan sólo 10 años después del primer Spider-man.

Contra todo pronóstico, el filme fue a parar a las manos de un director como Marc Webb responsable de la comedia romántica indie ‘500 días juntos’, un bagaje que se antojaba algo pobre para relanzar una de las franquicias más rentables de la historia del cine. En el reparto dos jóvenes al alza como Andrew Gardfield y Emma Stone, que interpretarían a Peter Parker y Gwen Stacy respectivamente (también contra pronóstico).

Un superhéroe mucho más “humano”

El resultado, sin embargo ha sido mejor de lo esperado, suele pasar cuando la expectativa esta bajo mínimos. Pero siendo justos es un film que ofrece demasiadas contradicciones, y que no acaba de borrar el recuerdo de la anterior saga, tan reciente en el tiempo. Como fan de los cómics de Spidey que soy, tengo muy claro que la línea de comics “Ultimate Spiderman“ ha sido una clara referencia para los guionistas. Una manera inteligente de volver a los orígenes del personaje sin ser reiterativos, ofreciendo las mismas cosas, pero de una manera totalmente diferente, como si de otro universo se tratara. La historia, de este modo, empieza a cimentarse con fuerza.

Es en este punto donde triunfa la nueva película, y donde Webb pone más ahínco, ya que se retrata con detalle la personalidad del joven Peter Parker, a través de su relación con el resto de personajes, y se comprende mejor todas las decisiones que le llevan a convertirse en Spider-man. Este lado humano, llevado desde la corriente drámatica es el mayor acierto de la cinta, y es donde se nota que su director se mueve como araña en su telaraña.

Andrew y Emma, química total

Por otro lado, el casting principal es todo un acierto, Andrew Gardfield borda el papel de Peter Parker y se nota que conoce al personaje desde el rol de fan, su actuación esta muy equilibrada y podemos identificarlo como el chico que se esconde tras la máscara del héroe. Emma Stone tiene un encanto especial, y enamora con su presencia. Sin embargo su papel de Gwen Stacy se parece demasiado a la Mary Jane de Kirsten Dunst y no tanto a la dulce Gwen que recordamos de las viñetas. A pesar de ello, la química entre actores es perfecta y la relación entre los jóvenes personajes es la clave para que funcione el film.

Del resto destaco a Martin Sheen, que encarna a un tío Ben con mucho más peso específico dentro de la historia, no puedo decir lo mismo de Sally Field que es una lástima no tuviera más protagonismo como figura maternal de Peter. Por supuesto a Rhys Ifans, que realmente inquieta en su papel de Curt Connors-El lagarto, un villano oscuro, complejo e interesante, aunque finalmente acabe un tanto desdibujado por exigencias del guión.

Es aquí donde echo de menos la calidad de los actores secundarios de la etapa Raimi:  J.J. Jameson, tia May,  Harry Osborn y Norman Osborn especialmente. Pero la cinta sobrevive sin ellos con solvencia y se olvida de los diálogos grandilocuentes y las situaciones cómicas, para darle un enfoque más cercano, emocional y realista a sus protagonistas.

Un Spider-man muy reconocible aunque la acción da un paso atrás

A partir de la aparición del superhéroe es cuando la película se empieza a tambalear, ya que la historia se convierte en una sucesión de escenas de acción reiterativas, que si bien se agradecen por lo bien dirigidas que están, no acaban de sorprender, ni son más espectaculares que las peleas que dirigió Raimi en su momento.

No ayuda en nada la banda sonora de James Horner, que no acaba de enganchar en ningún momento, echando demasiado en falta las partituras inolvidables de Danny Elfman. Aunque si bien es cierto, los movimientos y piruetas de este nuevo Spider-man digital son mucho más reconocibles para los fans de cómic que nunca, además de estar encantados con este superhéroe bocazas y torpe que cuenta chistes malos mientra derrota a sus enemigos.

Ultimas conclusiones

Quizás me pueda la nostalgia (he mencionado mucho a Sam Raimi), o que soy diez años mayor, pero esta nueva entrega del hombre araña, no ha llegado a emocionarme. La película es sólida desde su guión, a pesar de que vaya a menos, está muy bien dirigida y notablemente interpretada, por ello le doy un aplauso y “chapeau“. Pero no dejo de pensar que había ciertas prisas por estrenarla, y que el personaje creado por Stan Lee (grandísimo su cameo) y Steve Ditko necesitaba más descanso, más aire.

Y que queréis que os diga, este ‘Ultimate Spiderman’ de las nuevas generaciones, (que lleva smartphone y skate) está muy bien, pero como el clásico… ninguno.

Mi puntuación: 6,5