Premiada con el mejor guión en Sitges 2013, la historia de ‘Coherence’ arranca en un escenario muy común: una agradable velada entre amigos que hace tiempo que no se encuentran, charlando sobre sí mismos, sus vidas y circunstancias. Curiosamente esa misma noche un cometa sobrevuela el planeta, este hecho ‘a priori’ sin importancia, supondrá un giro definitivo en el destino y comportamiento de los protagonistas.
Los límites de…la condición humana
James Ward, su realizador y guionista, nos expone un brillante ejercicio de intriga y ciencia-ficción en lo que bien podría ser un capítulo largo de la mítica serie ‘La dimensión desconocida’ de Rod Serling (1959). El filme no necesita ni depende de efectos especiales ni otro tipo de artificios, simplemente de una historia potente y bien trabajada e hilvanada.
Además el suspense del relato avanza ‘in-crescendo‘, y como espectadores, no podemos permitirnos el lujo de despistarnos ni un instante, ya que la cinta pone a prueba nuestra capacidad de atención… y reflexión. Celebramos que todavía se realicen películas pequeñas que pretenden ser grandes, y aunque no dispongan de medios ni distribución merecidos, en cierto modo lo consiguen.
Ward apuesta por una puesta en escena minimalista, cercana al cine dogma, al más puro estilo teatral poniendo el foco sobre la capacidad de sus intérpretes y la fuerza de los diálogos, que en este caso, responden a la perfección.
Noventa minutos que funcionan, porque la historia funciona, la esencia del buen cine. También es cierto que la gran parte del metraje se posiciona e inclina desde la perspectiva de una de las invitadas, la inquieta y curiosa, Em (Emily Foxler).
La vida a través del espejo
Más allá de desvelar puntos clave del argumento, ‘Coherence’ es un complejo juego de máscaras y espejos que nos viene a reflejar conceptos básicos de la condición humana, todo un glosario de las diferentes caras de miedo: miedo a la muerte, miedo a lo desconocido, y a lo que es peor, a lo conocido… miedo a uno mismo.
A pesar que por momentos la cinta de Ward puede resultar enrevesada y confusa (por el estilo de dirección) además de por los argumentos científicos y filosóficos que se presentan, lo que realmente hace es proponernos constantemente enigmas y preguntas. ¿Un planteamiento arriesgado? quizás si, pero a pesar de que estamos ante un guión bastante espinoso que puede llevar a la trampa o que alguna pieza no encaje en el rompecabezas, logra mantener con solidez lo que predica su título, coherencia hasta su último fotograma.
Mi puntuación: 8
Teoría del Gato de Schrödinger
Un experimento con una caja un gato, un átomo radiactivo, un contador Geiger y una ampolla de cianuro cuyo contenido cae un un cubo con ácido en el momento que el contador detecta la emisión de partículas radiactivas. En el caso que se emita alguna partícula, el detector rompe la ampolla y el gato muere, en caso contrario la ampolla seguirá intacta y el gato sobrevive. Por lo tanto la probabilidad de vida o muerte para el animal es del 50%. Sólo en el caso que abramos la caja sabremos que ha pasado con el felino, pero hasta entonces en física cuántica el gato permanece en un estado de “vida y muerte” al mismo tiempo, representando el concepto de la dualidad onda-partícula.
‘Coherence’
País: Estados Unidos
Género: Ciencia ficción, suspense
Director: James Ward Bykit
Reparto: Nicholas Brendon, Emily Foxler, Maury Sterling, Lorene Scafaria, Hugo Armstrong, Lauren Maher, Elizabeth Gracen.
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