Cuando tiramos de nostalgia, uno de aquellos dibujos animados que acaban apareciendo por nuestro baúl de los recuerdos “noventeros” es ‘Lupin III (Rupan sansei)’. En realidad, estamos ante uno de los animes más longevos, ya que data de los años setenta y fue la adaptación del manga homónimo de 1967 creado por el mangaka Kazuhiko Kato -más conocido como Monkey Punch-, basándose en las populares novelas de Maurice Leblanc.
‘Lupin III’, fue un gran éxito tanto en Japón como en el resto del mundo y ha ido manteniéndose en forma con el paso del tiempo. Cuenta con varias series de TV, películas y especiales de TV -, siendo la más popular ‘Lupin III: El castillo de Cagliostro’ debido a que supuso el debut cinematográfico en la dirección de nada menos que el maestro, Hayao Miyazaki.
Casi 50 años después, y tras el fallecimiento de su autor original, llega este nuevo filme, el primero en formato 3D CGI y dirigido por Takashi Yamazaki, responsable de las exitosas adaptaciones en 3D de ‘Doraemon‘ y con cierta reputación en obras de este calibre.
un clásico que sabe envejecer
La trama sigue una vez más las aventuras del carismático ladrón Arsene Lupin III, que se une a una mujer llamada Letizia para encontrar y robar el Diario Bresson, un tesoro ligado al legado de su abuelo y que ni siquiera él… pudo robar.
Ciertamente, a ‘Lupin III, the first’ el nuevo formato le sienta de lujo. Con un CGI deslumbrante -con un estilo visual y escenarios que recuerdan al Tintín de Spielberg-, el filme mantiene los rasgos con los que se identifica la obra original; aventuras a un ritmo vertiginoso y grandes dosis de humor con un tono un tanto ingenuo, teniendo en cuenta que está orientada para todos los públicos.
La esencia de los personajes también está ahí: desde Lupin, con su socarronería particular, pasando por el incansable inspector Zenigata, y por supuesto el resto de la banda de ladrones; Goemon, Jigen o Mina son completamente reconocibles. El filme añade a Letizia, la joven arqueóloga y ladrona novata interesada por el diario de Bresson. Letizia en realidad es el eje sobre el que se sustenta la historia -un personaje que guarda ciertas similitudes con Clarisse, personaje femenino de ‘El Castillo de Cagliostro’, en un cariñoso guiño a la película de 1979.
Entretenimiento asegurado
Sin embargo, el auténtico protagonismo de la cinta es para la aventura en sí. La trama no se enreda en presentar ni profundizar personajes más que conocidos, y va directa al meollo de la cuestión. Noventa minutos de acción aderezados con diáfanas referencias a franquicias top de la cultura popular occidental como ‘Indiana Jones’, ‘James Bond’ o ‘Misión Imposible’. De este modo, veremos a nuestro ladrón de guante blanco inmerso en frenéticas persecuciones de coches, paseos por las alturas y vuelos sin motor sin apenas despeinarse y a ritmo del mejor Jazz -partitura del pianista Yuhi Ohno-.
Llegado cierto punto, el argumento del filme se vuelve previsible y funcional, tirando de clichés varios y ni arriesga, ni se complica en absoluto. Pero, teniendo en cuenta algunos precedentes en el mundo del anime que se enmarañan y se convierten en resúmenes imposibles de sus series homónimas, se agradece una apuesta por un producto ligero, entretenido de principio a fin y sin demasiadas pretensiones.
En definitiva, estamos ante una más que digna película de animación de acción y aventuras. Una simpática evasión con un acabado final de 3D CGI digital realmente vistoso y destinada al público más familiar -y mercado internacional- . La cinta de Takashi Yamazaki conecta al icónico anti-héroe del anime ‘Lupin’ con las nuevas generaciones mientras sacia de sobra a los aficionados de siempre de la obra del malogrado Monkey Punch.